"Canto rodado"
Firma de opinión de Alfonso Fernández Zamorano. Hoy por Hoy Córdoba
02:13
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/019RD010000000224502/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Córdoba
Todos podemos cambiar si nos lo proponemos, a pesar de tantas sentencias del refranero que minan nuestra moral de cambio, entre ellas es proverbial la del que nace lechón. ...ya sabemos lo que sigue.
Nacemos con un determinado temperamento, ya sea sanguíneo, flemático, melancólico o colérico, pero en cuanto at carácter no, con e1 temperamento se nace pero e1 carácter se hace. Puedo dominar mi carácter si me lo propongo en alguna medida, pulir ciertos rasgos que no me gusten o me acarreen consecuencias no deseadas, si me motiva lo suficiente y si confío lo bastante en mis fuerzas.
!Amigo!, ahí duele, ahí radica e1 problema de muchos en general y de los adictos en particular, en la poca confianza en sí mismos, en la falta de motivación a base de tanta concesión como se han hecho a1 gusto, y al placer excesivo que se han permitido.
La apatía, la ausencia de interés, la carencia del afán necesario para conseguir las metas que se proponen, la desconfianza en sus potencialidades, para que intentarlo otra vez si ya he fallado tantas,. para que empezar si me voy a cansar.
Si se dieran la oportunidad, descubrirían que es posible, que pueden cambiar sus costumbres y moldear su carácter sin perder su identidad, sin miedo a que le coman el tarro, limando esas aristas que les hacen dar tantos tumbos en la vida, tantos como da la piedra picuda y rugosa que arrastra e1 rio desde Cazorla, hasta convertirse en canto rodado liso y suave at tacto en Sanlúcar.
La piedra no cambio lo esencial, solo su superficie, y con respecto a1 adieto, no se trata de cambiar el ser sino el actuar, de manera que desaparezcan o disminuyan los conflictos consigo mismo y con los demás, que se guste en su nuevo rol de miembro activo de alga sistema, que vuelvan a confiar en él… sí de él, tan poca cosa como se siente, tan vago, tan falso, tan irascible, tan intratable, tan débil, pero tan digno como otro cualquiera de alcanzar la felicidad, aunque cueste.