El VAR incendia Pucela

Valladolid

El Real Valladolid cayó 2-3 ante el Atlético de Madrid pero hizo un gran partido y en el computo global del juego, fue mejor que el Atlético, la diferencia está en la pegada que tienen unos y otros. Mientras el Valladolid necesita jugar al 200% y apelar a la suerte, los rojiblancos marcaron casi sin querer, pero claro, tienen a Griezmann, uno de los mejores jugadores del mundo, que intervino en los tres goles, marcando dos y asistiendo en el de Kalinic.

Con mucho ritmo y equilibrio empezó el choque, pero la iniciativa y la intención eran del Valladolid, que no era capaz de crear peligro y veía como en el minuto 25 una perdida de balón en la salida de balón, permitió que el francés asistiera y Kalinic marcó el 0-1. Tardó en recuperarse del mazazo el Valladolid, pero siguió poniendo más juego e intención que un Atlético que por momentos pareció preferir guardar la renta y protegerse. Todo hasta que llegó uno de los momentos álgidos del choque. En el 42, Undiano Mallenco para el partido, avisado por el VAR de una posible irreguilaridad. Un disparo de Griezmann desde la frontal había golpeado en las manos de Kiko Olivas dentro del área. Undiano no se había enterado ni dado relevancia a la jugada, pero fue a la banda, consultó la tele y decretó el penalti que transformó Griezmann. Así se llegó al descanso con un doloroso 0-2.

Tras la reanudación llegó la reacción y el Valladolid se fue a por todas. Con muy buen juego fue encerrando al conjunto del 'Cholo' y finalmente Calero de cabeza acortaba distancias a la salida de un córner en el minuto 56. El estadio se encendía y empujaba en cada balón. En un nuevo saque de esquina, Unal engancha un remate que toca en Saúl y se cuela poniendo el 2-2 en el minuto 62.

Quedaba un mundo por delante y la dinámica positiva del Valladolid invitaba a pensar en la victoria, pero también cabía pensar en que el empate era bueno. Pues ni una cosa ni otra. En una indecisión en un despeje de un córner, Griezmann puso el 2-3 en el minuto 79, pero faltaba la traca final.

El Valladolid reclamó unas manos dentro del área que Undiano Mallenco no se molestó ni en mirar, sólo atendió a las indicaciones del VAR, cuestión que terminó indignando a todo el mundo. Al final, el Valladolid fue mejor en el juego y en el partido, pero lo que cuenta es la pegada y los goles y ahí se llevó el gato al agua el Atlético de Madrid.