El taller de Joan Miró reformado tal como el artista lo dejó

Palma

El taller de Joan Miró en Palma se ha quedado paralizado en el tiempo. No han transcurrido los años desde que el arquitecto Josep Lluís Sert en 1956 lo diseñó. Ahora, más de 60 años después, se ha reconstruido al milímetro tal como lo dejó el artista al morir. El visitante podrá recorrer el museo entrando a través del almacén para sentir lo mismo que vivía Miró antes de comenzar a pintar.

La iniciativa surgió cuando los técnicos advirtieron de la necesidad de reparar diversos problemas que tenía el edificio, originados por la humedad.

Lo que era un problema se convirtió en una oportunidad, asegura la responsable del departamento de colecciones, Patricia Juncosa. Se aprovechó el vaciado del edificio para reconstruir el taller. Gracias a diversos documentos se ha podido rehabilitar el espacio original de los setenta, la época de máxima ebullición de Miró. 

Los 65 lienzos se muestran sin marco y sin vidrio, apilados o apoyados en la barandilla, e incluso en el suelo, tal como los tenía el artista. 

Hay que tener en cuenta que el visitante se encuentra con reproducciones exactas con el objetivo de preservar las obras. Tal y como explica el director de la Fundació Miró Mallorca, Francisco Copado. 

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También se ha modificado el recorrido para entrar en la piel del pintor. El acceso principal ahora es el almacén. 

En la reforma del taller de Miró se habían introducido también objetos de otros lugares y, por el contrario, faltaban piezas, trasladadas al taller vecino de Son Boter.

Precisamente la segunda fase de los trabajos consistirá en reconstruir el segundo taller de Son Boter y, antes, en acometer la reparación de las cubiertas del edificio de la fundación, dañadas por las humedades.