'Hay un gran vacío'
La gran diferencia entre ser un adulto y ser un niño es que no se espera de los niños que salgan a defender sus derechos pero sí se espera de los adultos
Firma Fernando Trujillo, 'Hay un gran vacío'
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Algeciras
La gran diferencia entre ser un adulto y ser un niño es que no se espera de los niños que salgan a defender sus derechos pero sí se espera de los adultos. Un adulto debe ser dueño de su presente y creador de su propio futuro y debe dotarse a sí mismo de las herramientas para poder conseguir que ese futuro sea el mejor de los posibles. Ser adulto es, en definitiva, tener las riendas de tu propia vida.
La pregunta es cuándo podemos afirmar que una sociedad es adulta. Podríamos aplicar la regla anterior pero en general en un Estado de Derecho como el nuestro ya tenemos las instituciones básicas para garantizar que nuestros derechos individuales y colectivos son preservados.
En mi opinión una sociedad es adulta cuando es capaz organizarse para defender sus derechos y construir su futuro. Y esta organización no viene de la suma de acciones individuales sino de la organización en colectivos, espacios de afinidad e interés que cubren aspectos parciales de la vida común que todos compartimos. Cuando se cuenta con esos colectivos dispuestos a movilizarse y a actuar dentro del marco normativo, entonces una sociedad no solo es adulta sino fuerte.
Sin embargo, hoy vivimos un tiempo de profunda individualidad, en el cual cada uno tiene ya suficiente con cumplir con sus responsabilidades personales y profesionales- La consecuencia es que nos cuesta agruparnos y reunir nuestras fuerzas para levantar la voz. Lo hemos visto en el caso de la reclamación de las infraestructuras ferroviarias o sanitarias para la Comarca del Campo de Gibraltar y no me cabe duda de que lo veremos en más ocasiones en el futuro, desafortunadamente.
En la Comarca del Campo de Gibraltar hay un gran vacío entre los ciudadanos individuales y los políticos, ensimismados en su atalaya y la defensa de sus intereses partidistas y sin esa fuerza que nos da el estar juntos somos manejables y débiles. Hay un gran vacío por encima de cada una de nuestras individualidades y el problema es que ese vacío es,, en realidad un enorme agujero negro que consume poco a poco nuestras posibilidades de futuro. Aún no es tarde para ocupar ese vacío pero el reloj corre en nuestra contra: esperemos que no despertemos demasiado tarde.