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Dile que es Pelé y que salga al campo a marcar goles

El Celta tendrá que estar un mes sin Iago Aspas

Aspas se retira lesionado del césped del Camp Nou / ALBERT GEA (Reuters)

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John Lambie era un modesto entrenador del fútbol escocés que pasó con más orgullo que éxito por el Hamilton, después por el Falkirk hasta encontrar acomodo en el Partick Thistle. Un escocés de pura cepa con esa caraterística ironía acentuada. Lambie no perdía nunca la ocasión de poder sacarla a pasear entre cigarro y cigarro en el área técnica. Tirando de su "scotch-retranca" nos dejó anécdotas maravillosas a lo largo de su carrera como entrenador. Ese técnico que dijo que ir a jugar a Pittodrie era como cuando un boxeador inglés iba a Italia, porque había que tirar varias veces al rival para empatar la pelea. Pero Lambie será recordado por su genial ocurrencia en aquel partido de finales de los 90 con su Partick Thistle. En pleno homenaje al tradicional fútbol escocés de bombardeo continuado de centros laterales para buscar a su espigado delantero centro, George Shaw entra con todo y sufre un choque terrible con el central rival. Shaw, tan tosco y rudimentario como importantísimo para su equipo, pierde el conocimiento y salen las asistencias para evaluar su estado y atenderle. Lo sacan del campo mareado y, ya en la banda cuando recupera la conciencia, el médico le vuelve a inspeccionar moviendo el dedo de lado a lado; Shaw le confiesa que no sabe quién es ni se acuerda demasiado bien de donde está. Preocupado, el médico del Partick Thistle se acerca al banquillo para comunicarle a su entrenador que podrían tener que efectuar el cambio. John Lambie, con ese humor tan escocés, le dice a su médico cuando este le suelta que Shaw no sabe quién es: Perfecto! Dile que es Pelé y que vuelva al campo ya a marcar goles!.

Pues eso es lo que va a tener que hacer Miguel Cardoso sin Iago Aspas y sin delantero suplente. Me lo imagino el próximo mes hablando con el Doctor Cota para ver si a Eckert o a Mor le puede decir que son Aspas y que salten al campo a resolver. Se confirmó el peor presagio para el técnico portugués y para el Celta. El pichichi nacional se lesionó y, según la primera exploración del Doctor Cota, podría sufrir una rotura fibrilar en el gemelo interno de su pierna derecha. Iago, en el mejor de los casos, estaría un mes fuera de la competición. El Celta lo arriesgó todo a tener un Ferrari pero sin mecánicos para poder entrar en boxes. En una de las pocas verdades como puños que Antonio Mohamed defendió a capa y espada estaba su reflexión sobre el ataque. Tony reiteró que necesitaba un delantero centro suplente que no tenía y que era el Celta un equipo construido en base a dos jugadores: Aspas y Maxi. Tal cual.

El año pasado, antes de comenzar la temporada, Unzué contaba con Aspas, Guidetti, Claude Beavue, un recién llegado Maxi Gómez e incluso el canterano Borja Iglesias que había superado la treintena de goles en Segunda B. Era la amplia gama de delanteros con los que contaba. Iba a comenzar jugando Guidetti, pero una inoportuna lesión del sueco contra la Roma, le abrió las puertas de la titularidad a Maxi Gómez que ya no la soltó. El Celta decidió ceder a Beauvue, a Borja Iglesias y, en enero, deshacerse de Guidetti para seguir teniendo el Ferrari, como decíamos, pero sin recambios.

Ayer la lesión de Iago dejó enmudecidos a los celtistas que estaban en el Camp Nou. Dejó fríos a sus compañeros y a todos los que veían el partido por televisión o lo seguían por la radio. Fue el mismo escenario en el que, hace un par de meses, toda la grada enmudeció al ver como Messi caía muy forzado y se hacía daño en el codo. En pleno partido contra el Sevilla pedía el cambio en la primera parte con un gran dolor. La cara de Valverde era un poema porque Leo Messi tenía que irse del campo y no sabía el tiempo que tardaría en poder volver a contar con él. Pues supongo que a Cardoso le pasaría tres cuartos de lo mismo cuando, nada más comenzar la segunda parte, Aspas se lleva la mano al gemelo y pide rápidamente el cambio. Ya lo decía Hugo Mallo ayer al acabar el partido: para nosotros Aspas es como Messi, está claro que si se lesiona lo vamos a notar.

Fue el mismo rival ante el que se lesionó el pasado año cuando, en una auténtica exhibición de entrega y de fútbol, Aspas lideró a un Celta que empataba 2-2 contra el poderoso Barcelona de Valverde. Marcaba el 2-2 y seguía corriendo y presionando sin administrar esfuerzo alguno. Vaciándose y presionando a los rivales, mordiendo. Iago se lesionó y quedaban pocas semanas para el Mundial. El Celta sin Aspas empató 1-1 con el Valencia en Balaídos, perdía 4-1 en el Madrigal, empataba con el Dépor 1-1 en casa y perdía estrepitosamente 6-0 en el Bernabéu. Es decir 4 partidos seguidos sin Aspas, con dos derrotas fuera y dos pacatos empates en Balaídos. Era el final de Liga y, en enero, el Celta decidió arriesgarlo todo a vender a Guidetti al Alavés y quedarse solamente con Maxi y Aspas. Los 3 goles que marcó el Celta en ese mes sin su estrella fueron dos obra de Maxi y uno de Pione. Pero se notaba al equipo tímido y con muy pero que muy poca pegada. Maxi estaba solo en la oficina. Después del Bernabéu, Aspas regreso para cerrar la Liga contra el Levante en Balaídos. El Celta ganaba 4-2 con dos goles de Aspas y dos goles de Maxi. Todo volvía a la normalidad. En la primera vuelta, Aspas se perdió un partido por sanción. Fue contra el Villarreal en Balaídos: el Celta perdió 0-1.

Iago Aspas es el mejor jugador del Celta, es el líder, el talento, el máximo goleador y, curiosamente, uno de los que más trabaja. Ayer se vació en la presión, muchas veces no acompañado por sus compañeros pero él insiste en trabajar; robó varias carteras a los centrales del Barça por esa fe en la presión. Fue el que la pidió una y otra vez y se pegó unas cabalgadas larguísimas para intentar montar las contras. Fue el que, insistentemente, se caía al medio para venir a recibir. Esa lucha sin cuartel le caracteriza. Esa generosidad en el esfuerzo, ese compromiso de vaciarse es único y es oro puro para el Celta. Ahora estará, como mínimo, un mes sin él.

Tenía que llegar algún día y llegó. Iago Aspas no es inmortal y se rompió. El de Moaña lleva 10 goles, Maxi 8 y Brais 4. La producción del resto es insignificante: dos Boufal, uno Pione, uno Hugo y el marcado en propia meta por el Espanyol. Es decir el Celta depende de Maxi, Iago y Brais. Si Hugo decía que Iago es Messi; pues Maxi es Suárez y Brais es el complemento directo: Dembelé. El Celta se queda con un solo delantero durante un mes de competición en el que tendrá que recibir al necesitadísimo y rocoso Athletic, visitar Vallecas, recibir al Valencia y visitar Zorrilla. Todos equipos que están por debajo del Celta en la clasificación y, dos de ellos, en puestos de descenso. Es decir, el equipo de Cardoso definirá sus aspiraciones de permanencia, de meterse en el lío de abajo o de luchar por algo más sin Iago Aspas. Igual ahora vuelven a subir a Dennis Eckert al primer equipo. Bueno, se queda con un solo delantero si no se cumple el rumor que se extiende por la capital de España de las ganas locas que tiene Simeone de hacer un Negro Fernández con Maxi Gómez. Y si Lucas Hernández se va al Bayern, usar parte de esos 80 millones de euros en pagar la cláusula del charrúa. Menos mal que es solo un rumor y esperemos que a Simeone no le pase como al citado Johm Lambie cuando dijo en un mercado de invierno que “nunca termino de comprar jugadores. Soy como mi esposa cuando sale de compras; nunca quiero parar.

El Celta se queda sin el Príncipe de las Bateas durante un mes. Imagino a Miguel Cardoso, solo con Maxi, preguntado por la prensa qué es lo que va a hacer contra el Athletic y respondiendo con ese primer verso de la canción de Víctor Heredia: “Me preguntaron cómo vivía, me preguntaron; sobreviviendo dije, sobreviviendo”. Pues eso, toca sobrevivir. Y menos mal que no hay Copa del Rey. Winter is coming.

 
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