La Navidad no es para pensárselo
Cuando la vives, sabes lo que es. Si te lo preguntan, se te olvida

"La línea roja" de Matías Vallés (26/12/18)
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Palma
La Navidad se extiende sobre las dos semanas que cambian al año de número.
Primera conclusión, la Navidad transmite pues el espejismo de que las cosas pueden cambiar, aunque solo sea de año.
En estas fechas podemos sortear el consumismo y a algún cuñado.
Sin embargo, no podremos evitar a las mentes enjundiosas que se enredan en cavilaciones sobre el significado último de la Navidad.
Segunda conclusión, la Navidad nos transmite el espejismo de que somos trascendentes.
Pese a estos intelectuales de fin de año, la Navidad no es para pensárselo.
Cuando la vives, sabes lo que es. Si te lo preguntan, se te olvida.
Navidad significa no profundizar en las creencias, dejarse llevar.
Tercera conclusión, si la Navidad te arrastra hacia la tristeza, sigue siendo una tristeza navideña.
Nadie se tomaría la Navidad en serio, si la sometiera a una pausada reflexión.
Última conclusión, la Navidad no admite conclusiones. Bastante trabajo tenemos con disfrutarla.




