Beteta: castillo, iglesia, plaza Mayor con encanto y naturaleza viva
Al final de la hoz del río Guadiela el paisaje se abre a la vega de Beteta. A medio camino hacia la cumbre de la montaña aparecen las casas del pueblo. En lo alto de esa montaña, los restos del castillo de Rochafría vigilan el paisaje. Es Beteta ante todo un pueblo serrano y presume de ello. Este lugar de coquetas calles y rica arquitectura popular puede ser un punto de partida para descubrir la Serranía Alta de Cuenca. A pocos kilómetros se encuentra el valle de Solán de Cabras, con su balneario, la mina de la Cueva del Hierro, la laguna de El Tobar y otros muchos rincones de gran valor natural y paisajístico
Cuenca
Tras la conclusión de la primera fase de rehabilitación del castillo de Rochafría de Beteta, financiado por la Diputación Provincial con 190.000 euros, en Hoy por Hoy Cuenca hemos realizado un recorrido turístico por este municipio conquense.
Beteta: castillo, iglesia, plaza Mayor con encanto y naturaleza viva
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El viaje por carretera hasta el lugar que vamos a conocer ya tiene su encanto. Nos dirigimos a uno de los pueblos más antiguos de la provincia y también uno de los más altos: Beteta. Enclavado en el corazón de la sierra, el paisaje de los pinos nos acompaña en todo momento. Si partimos desde Cuenca pasaremos por lugares como Cañamares, Cañizares o Vadillos. Desde este pueblo, y atravesando la hoz que forma el río Guadiela, llegamos a nuestro destino. Pueblo serrano de unos 500 habitantes, a unos 80 kilómetros de la capital, el castillo, la arquitectura popular y el entorno natural son los principales atractivos turísticos que Beteta ofrece al visitante.
Los romanos llamaron a este promontorio Bétera, nombre que ha evolucionado a Beteta. Sus calles se desparraman por una meseta a medio camino entre el valle y la montaña sobre la que se asienta en castillo de Rochafría, una fortaleza de construcción musulmana que durante la Edad media era lugar de enlace entre Cuenca y Molina de Aragón.
En el Fuero de Cuenca, Beteta aparece considerada como una de las importantes plazas ganaderas. La cañada real que partía de Molina de Aragón pasaba por aquí. Por Beteta pasaban al año unas 3.000 cabezas de ganado.
La importancia de este antiguo asentamiento llega hasta nuestros días. Hasta no hace muchos años de este Ayuntamiento dependían otros lugares como Carrascosa, El Tobar, Cueva del Hierro, Valsalobre o Masegosa. Sin embargo son pocos los datos que se tienen en la actualidad sobre el origen de Beteta. La Guerra Civil acabó con muchos archivos y, poco a poco, sus vecinos, sobre todo en los últimos años, se han preocupado por indagar entre los siglos y recuperar información sobre el acontecer del tiempo en este pueblo de la Sierra Alta de Cuenca.
El castillo de Rochafría, o sus ruinas, preside el paisaje de Beteta. Desde lo alto se descuelgan las murallas que llegaban hasta las casas, hasta la Puerta de la Cava o Arco del Postigo.
El paseo por las calles del pueblo es agradable y nos servirá para recorrer las plazas y rincones que conservan aún el sabor humilde de sus habitantes.
Las calles son estrechas, de pueblo de sierra, estructuralmente está muy bien cuidado, no hay ningún desentono urbanístico que pueda desencantar el municipio. En los últimos años se ha cambiado el pavimento de las calles por adoquines.
Uno de los lugares con más encanto de Beteta es su plaza Mayor con su balconada típica serrana. Tiene soportales con vigas de madera apoyadas sobre pilastras de piedra. Es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura popular serrana.
También en el casco urbano destaca el edificio de la iglesia parroquial de la Asunción, una construcción de los siglos XV y XVI, con tres naves separadas por arcos apuntados. En el templo se aprecian varios estilos arquitectónicos, desde el gótico y el neogótico, al barroco de las reformas del siglo XVII pasando por la portada de estilo plateresco que destaca sobre todo el conjunto. La iglesia es de planta basilical. La torre que hay sobre la nave principal es de tres cuerpos y en el siglo XVII se añadió otra parte que es donde se conserva la pila buatismal. Dentro del templo hay varias tumbas de los Albornoz.
Pero la arquitectura popular y religiosa no es el único atractivo turístico de Beteta. La naturaleza se muestra en esta zona de la Serranía en todo su esplendor. Casi en estado virgen. A los pies del pueblo se extiende la vega de tres ríos, el Cuervo, el Guadiela y las Pontezuelas.
Paisaje que podemos admirar desde el mirador del Masegar. Además, en el entorno se cuentan hasta 20 manantiales que riegan estos campos.
A tan solo 3 kilómetros el río Guadiela ha labrado a lo largo del tiempo un paraje digno de perderse y de disfrutar, la hoz de Beteta. El valle de Solán de Cabras y el pueblo y la laguna de El Tobar están también dentro del municipio de Beteta y vienen a completar su oferta turística. También está muy cerca de aquí la mina de la Cueva del hierro y el parque natural del Alto Tajo.
Otra recomendación en su visita a Beteta puede ser su gastronomía serrana y las fiestas en honor a la Virgen del Rosal que se celebran hacia la mitad del mes de septiembre.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...