Mallorca alcanza 29 ejemplares de águila de Bonelli, el doble que en 2014
La muerte por electrocución se ha reducido significativamente en los últimos años
Palma
El águila de Bonelli estuvo extinta en Mallorca durante más de cincuenta años y se reintrodujo en 2011. La población de este ave rapaz, que habita la cuenca mediterránea hasta el sudeste asiático, ha llegado a los 29 ejemplares en el año 2018, duplicando, desde 2014, el número de ejemplares de esta especie.
Otro dato positivo es que el año pasado se redujo notablemente el número de ejemplares muertos por electrocución, el principal peligro para estas aves. En este sentido, solo se ha tenido que lamentar la muerte de un ejemplar juvenil, en el mes de diciembre, cuando la media de los últimos años se situaba entre tres y cuatro individuos.
A través del convenio que mantienen desde 2004 la empresa ENDESA y la Conselleria de Medi ambient, Agricultura i Pesca se han incrementado los esfuerzos para evitar esta causa de mortalidad accidental de grandes aves.
Aunque todavía queda mucho por hacer, la Conselleria considera muy alentador este dato, ya que cada vez hay más individuos, y seguirá trabajando para consolidar esta tendencia.
Desde el año 2009, se están realizando esfuerzos para la repoblación de esta especie. En ese año, el Govern aprobó el Plan de Reintroducción del Águila de Bonelli en Mallorca. Posteriormente, el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Illes Balears (COFIB) y la Conselleria han participado en el programa europeo Life Bonelli, con el objeto de implementar gran parte de las acciones previstas en el Plan de Reintroducción.
Desde que se inició el proyecto, el águila perdicera ha vuelto a criar en libertad en la isla y actualmente presenta una nueva población formada por 29 ejemplares de los cuales casi la mitad ya han formado parejas territoriales. En estos últimos años, han nacido once ejemplares en libertad, en cuatro enclaves diferentes de la isla.
Según un estudio reciente de la Universidad de Barcelona (UB) la población de águila de Bonelli ya se puede considerar autosostenible y, según la previsión de los modelos demográficos, tenderá a aumentar en el futuro.