'Si eres hombre, quedamos fuera'
Hace ya algunos días nos desayunábamos con la desagradable crónica en prensa de unas amenazas a un conocido periodista de la Comarca en la que unas presuntas personas increpaban, amenazaban y emplazaban al agredido a algo así como "si eres hombre vente fuera y lo arreglamos"
Firma Paco Rebolo, "Si eres hombre quedamos fuera"
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Algeciras
Hace ya algunos días nos desayunábamos con la desagradable crónica en prensa de unas amenazas a un conocido periodista de la Comarca en la que unas presuntas personas increpaban, amenazaban y emplazaban al agredido a algo así como "si eres hombre vente fuera y lo arreglamos".
Y digo yo, ¿no hay otra manera de manifestar hombría (o mejor humanidad) que esa exaltación de lo genital tan amada por algunos, sabedores de su ventaja numérica, muscular o de manada? ¿por qué no amenazan con resolver sus diferencias en sesudas discusiones sobre Filosofía escolástica o Lingüística estructural?
Lo veo tan ilógico como empatar un partido de fútbol y desempatar a tenis de mesa o Bádminton. Si se habla, se habla, se discute, se dialoga, pero no se tira a las primeras de navaja de muelles para demostrar lo acertado de tu línea argumental, porque luego pasamos a las recortadas y a la munición de punta hueca y nos convertimos en un 'plis plas' en Puerto Hurraco II o, peor aún, en un remedo del Congreso.
Mucho me temo que algo tan poco humano, tan primitivo, como este tipo de violencia verbal preludio de la física, se está asentando de forma inevitable en una sociedad como la nuestra cada vez más y más proclive a mensajes sencillitos para no tener que ejercitar mucho las neuronas no vaya ser que nos desmayemos en el intento y aún no hayamos llegado ni a la merienda.
Poco a poco el ventajismo se nos instala en plena sala de estar y la sed de justicia primitiva nos corroe ante el primer mensaje que nos escupan desde cualquier televisión o portal de internet entrenados a tal efecto con un neolenguaje tan peculiar que es capaz de pretender cambiar la historia a golpe de consigna y enmascarar las infamias con circunloquios aberrantes que no dicen en el fondo sino lo que pretenden negar.
Y todo eso a golpe de proclamas de otros tomadas como propias, interiorizadas como si resultaran ser el fruto de nuestras introspecciones... y nada más alejado de la realidad. Pensamos lo que nos ofrecen, compramos las consignas que quieren que asumamos, tomamos los mantras que nos sueltan en facebook o twitter y los defendemos ofreciendo en sacrificio hasta la sangre de nuestros primogénitos pensando que somos los exclusivos salvadores de una patria de banderitas y proclamas.
No se es mejor persona por defender las posturas a mano vuelta ni se tiene más razón por doblegar físicamente a alguien, se tiene por defender tus principios con coherencia y de pensamiento, palabra y obra. O ya a estas alturas por tener principios que defender, que los carga el diablo.