Se acabó la Anticorrupción
Anticorrupción ha dedicido dedicarse a otra cosa, al negarse a perseguir arbitrariamente los delitos que ella misma había detectado y calificado con penas de décadas de cárcel

"La línea roja" de Matías Vallés (11/01/19)
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Palma
Si su hijo le comunica que quiere dedicarse a luchar contra la corrupción, intente convencerlo de que se haga torero.
Correrá menos riesgos.
Como dijo el catedrático Garrigues al enfrentarse a Juan March, “luchamos contra las fuerzas del mal y contra la falta de fuerzas del bien”.
Imaginen la alegría que nos llevamos cuando nos dijeron en los años noventa que tendríamos una fiscalía Anticorrupoción para nosotros solos.
Y en efecto, cayeron Cañellas, Matas o Munar.
No sé si la Infanta Cristina lo cambió todo, pero el vergonzoso amaño del caso contra la Autoridad Portuaria desacredita no solo el futuro sino también el pasado de dicha fiscalía.
Anticorrupción ha dedicido dedicarse a otra cosa, al negarse a perseguir arbitrariamente los delitos que ella misma había detectado y calificado con penas de décadas de cárcel. Sin un solo dato nuevo.
Comprenderán que un humilde comentario no da para combatir a la vez la corrupción y la Anticorrupción.
Por lo tanto, y de acuerdo con la fiscalía, nos limitaremos a decretar que la guerra contra la corrupción ha terminado, y que la han ganado los corruptos.
O que la Anticorrupción se ha acabado, la corrupción todavía no. Les mantendremos informados, ya sin fiscalía.




