Sociedad

Los coches eléctricos de la Clínica Zorrotzaurre ruedan de los quirófanos a las casas de diez pequeños

Marcelo Curto Nates

Bilbao

Este sábado, el auditorio de la Clínica IMQ Zorrotzaurre ha cambiado las batas por las ruedas, las y los doctores por peques y las conferencias por una fiesta infantil. Y es que la ocasión, sin duda, lo merecía: hacer realidad el deseo de Navidad de diez niños y niñas.

El cheque regalo que los Reyes Magos dejaron bajo el árbol de los diez afortunados/as que resultaron ganadores en el sorteo realizado ante notario el pasado día 4 de enero por IMQ les va a posibilitar, a partir de ya, rodar por los tres Territorios Históricos con un cochecito similar al que emplea la clínica para trasladar al quirófano a los niños que van a ser intervenidos.

En medio de un ambiente festivo, el acto ha contado con la presencia tanto de los niños y niñas premiados y sus familias como con el consejero director general de Grupo IMQ, Miguel Ángel Lujua, y el director general de la clínica, Nicolás Guerra, que han sido los encargados de realizar la entrega en un ambiente festivo lleno de espontaneidad y momentos divertidos protagonizados por los asistentes, entre los que han primado los bajitos de la casa.

Casi 3.300 niños y niñas de toda Euskadi han participado en esta singular propuesta con la que IMQ ha querido compartir y festejar el éxito alcanzado por su iniciativa “En coche al quirófano”.

Enaitz, Mateo, Danel, Peio, Aritz, Xabier, Iñigo, Ainhoa, Marina e Iara ahora son testigos de que los Reyes Magos cumplen su palabra y de que hay que soñar a lo grande, porque hay veces que los sueños se hacen realidad.

La iniciativa de la Clínica IMQ Zorrotzaurre “En coche al quirófano” para sus pacientes más jóvenes ha demostrado gran eficacia terapéutica, consiguiendo que los niños y niñas que requieren tratamiento quirúrgico vayan más tranquilos al quirófano gracias a estos cochecitos eléctricos que, por control remoto, les trasladan desde que se separan de sus padres hasta la sala de operaciones.

Los vehículos, manejados por celadores, no sólo consiguen que los más pequeños se distraigan durante el circuito quirúrgico -disminuyendo la ansiedad tanto de los menores como de sus familiares-, sino que, además, potencian un ambiente más calmado y “alegre” en los días de intervenciones pediátricas en las clínicas IMQ, facilitando de esta manera los procedimientos pre-quirúrgicos de enfermería y anestesia. La iniciativa consigue, asimismo, mejorar el despertar, disminuyendo la preocupación y el llanto.

La medición del impacto de esta iniciativa en su primera etapa de andadura en la clínica IMQ Zorrotzaurre entre niños y niñas de 2 a 6 años (el cochecito permite hasta 30 kg de peso) ha puesto de manifiesto que el 98% de los menores hospitalizados quiere hacer uso del cochecito para acudir a quirófano, que el 100% de los que montaron en él fue sin llorar y en calma y que el 95% se despertó tranquilo y sin agitación tras la intervención. El 100% de los padres valoró la experiencia como muy positiva.

 
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