Otro empate injusto que sostiene a Marcelino en el cargo

Valencia

Tras empates surrealistas como el de esta tarde contra el Valladolid, con un penalti fallado por Rodrigo Moreno, tres ocasiones marradas a un metro de la línea de gol y tan solo un lanzamiento a puerta del rival, no queda otra que mantener la esperanza en que al final de esta temporada tortuosa haya algo maravilloso esperando al Valencia.

Ha habido partidos en los que había mucho más que reprocharle al equipo que dirige Marcelino García Toral. Ante el conjunto pucelano, fundamentalmente en la segunda parte, hubo llegadas, sobre todo generadas por la sociedad Parejo-Carlos Soler. Así llegó el 1-0, que el capitán del Valencia y todo el estadio gritaron en un momento de liberación absoluta. Viendo las imágenes, es evidente el nivel de sufrimiento que debe estar acompañando cada día de ese vestuario.

Conseguido el tanto que abría la lata de Sergio González, nada hacía presagiar que el encuentro acabaría en empate. Pero, este año, todo lo que puede salir mal, sale mal. Una pérdida absurda de Dani Parejo en zona de creación obligó a Coquelin a cometer una falta cercana a la frontal que Rubén Alcaraz colocó con precisión en la escuadra de Neto.

El resto del partido ya fue un quiero y no puedo. Con una lección memorable de fidelidad y paciencia a cargo de Mestalla. Que sigue respaldando a su entrenador y sigue al lado de su equipo sin montar incendios. Y eso que le sobran los motivos.