El tramposo, el despistado y el invisible
Si nos atenemos a la literalidad del código disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol, la Jueza del Comité de Competición lo ha tenido muy fácil para refugiarse en el articulado y obviar lo sustancial
Valencia
No es un chiste y no tiene ni pizca de gracia, porque lo que está en juego es la salud deportiva de la Copa del Rey. Después de varias horas de reposo y de haberme leído la resolución de la Jueza de Competición tengo la convicción de que la única preocupación del FC Barcelona, de la Real Federación Española de Fútbol y de la magistrada ha sido escapar de 'un marrón’ difícil de justificar.
Por un lado, el Barça apoyándose en una circular que nada tenía que ver con la infracción que había cometido y la Federación invitando al Levante a que no perdiera el tiempo en presentar una denuncia porque se le había pegado el arroz con los plazos y con el objetivo de que mediáticamente quedara archivada antes del inicio del partido de vuelta en el Camp Nou.
El Levante no podía quedarse de brazos cruzados, lamentándose en el despropósito y en el grave error que había cometido al no cotejar con la Federación las amonestaciones con las que se presentó su rival. El presidente, Quico Catalán anunció la presentación de una denuncia, sin saber el resultado deportivo de la eliminatoria, para que fuera la justicia deportiva la que dirimiera este contencioso que afecta a todos los clubes participantes en la competición.
Los hechos son evidentes de una parte y de la otra. El Barça, alineó a un futbolista que estaba sancionado, pero ha sido incapaz de reconocer públicamente que se ha equivocado y se defiende con la arrogancia del tramposo.
El Levante ni se enteró que ‘Chumi’ no podía jugar, tras ver una quinta tarjeta amarilla con el filial en la jornada previa al encuentro que abría la ronda de octavos en Orriols y en el pecado lleva su penitencia. Está fuera del torneo.
Si nos atenemos al código disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol, la Jueza del Comité de Competición lo ha tenido muy fácil para refugiarse en el articulado y obviar lo sustancial.
Carmen Pérez no ha entrado en el fondo de la cuestión y se ha quedado en las hojas del rábano. El Barça no ha sido sancionado porque la denuncia que ha presentado el Levante estaba fuera de plazo y caso archivado. Sin más.
Sinceramente, creía que los jueces estaban para mucho más que para aplicar un reglamento o hacer cumplir un código disciplinario. Ni se ha molestado en preguntarse si el Barça ha cometido una infracción por alineación indebida.
Mi ingenuidad me hizo pensar por un momento, que en el espíritu de su función pública descansaba un principio de equidad que está muy por encima de un reglamento absurdo y que en este caso concreto exime de culpa al tramposo y penaliza al despistado.
No puede o no debe equipararse en el mismo rango jurídico, la infracción tipificada como muy grave cometida por el Barça y que adultera la competición, con la de un error que ha cometido el Levante por falta de atención en las sanciones que podría arrastrar su rival.
Y para completar el sainete, lo de la Federación es de traca. El FC Barcelona le ha colado un gol por la escuadra a Luis Rubiales, que lejos de actuar con firmeza, erigiéndose en el adalid que debería velar por la higiene de su competición, se hizo el invisible detrás de un comunicado emitido a escasos minutos del sorteo de Copa para que no se entremezclase con el tongo.
Ojalá el Levante tenga arrestos y paciencia para llevar este contencioso hasta la última instancia deportiva y si fuera necesario hasta la justicia ordinaria, para que la Audiencia Nacional repare el principio de equidad que se ha quebrantado.
No sería el primer caso de deportistas que fueron despojados de sus medallas después de subirse al cajón o clubes que tuvieron que ser readmitidos a la Liga ACB, ¿Por qué no le podrían dejar al Barça sin un hipotético título de Copa festejado en La Fuente de Canaletas?. Sort!
José Manuel Alemán
Redactor de Deportes en Radio Valencia