'El Dios de Pajares', un roble de 400 años en el Campichuelo de Cuenca
En plena comarca del Campichuelo se conserva uno de los árboles singulares de la provincia rodeado de leyendas asociadas a la mitología celta
Cuenca
Cualquier visita a la comarca del Campichuelo de Cuenca merece la pena. Esta vez nos acercamos hasta los pies de uno de los árboles singulares de la provincia, el roble conocido como ‘El Dios de Pajares’ que crece desde hace 400 años junto a esta pedanía del municipio de Sotorribas. Nos ha llevado hasta allí Fernando Carreras, nuestro guía de EcoExperience, en el espacio Nos vamos de excursión que emitimos cada viernes en Hoy por Hoy Cuenca.
‘El Dios de Pajares’, un roble de 400 años en el Campichuelo de Cuenca
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Para llegar, debemos dirigirnos hasta el pueblo de Pajares y la mejor opción es salir desde Cuenca hasta Mariana y seguir la carretera a Sotos, Collados, Torrecilla. Pasado este último pueblo, y en dirección a Pajares, veremos a mano izquierda de la carretera un cartel indicador para ver el gran árbol.
En este punto, a mano izquierda, hay una zona amplia en la que podemos dejar el coche y aprovechar para descubrir el roble mucho más cerca. El tamaño impresiona mucho más cuando nos acercamos, sobre todo en épocas en las que lo vemos verde y cubierto de hojas.
El quejigo es una variedad de roble (Quercus faginea) que puede confundirse a veces con la encina por la forma del tronco y las hojas espinosas. Además, el fruto de ambos es la bellota, aunque a diferencia de la dulce de la encina, la del roble es muy amarga. Las hojas del quejigo son marcescentes y no perennes como las de la encina y también nos será fácil encontrar en las ramas de estos árboles alguna pequeña bola circular de color marrón que son las agallas, unas estructuras de defensa del árbol, para que algunos insectos que colocan los huevos en sus ramas no eclosionen y se coman las partes verdes del árbol. De hecho la expresión “tener agallas”, proviene de estas bolitas ya que un roble fuerte tiene muchas agallas.
El tronco de El Dios de Pajares es bastante grande y de hecho podemos meternos dentro del propio árbol ya que, debido a los efectos de un rayo, quedó hueco todo el interior, aunque se mantiene en pie sin problemas y está en muy buen estado.
Aunque se desconoce la edad exacta, se estima que tiene unos 400 años. El perímetro del mismo es de 5,52 metros, la altura del fuste es de 3 metros (altura desde el suelo a la primera rama del árbol), un total de 18 hasta la copa y el diámetro máximo de la copa es de unos 15 metros.
Los celtíberos consideraban al bosque de robles como un lugar sagrado donde podían conectar con el más allá, dotando de poderes sobrenaturales a este árbol. Más tarde en pleno proceso de romanización, para que los antiguos pobladores se adaptaran a los nuevos dioses romanos, estos fueron talados. En memoria de ello queda el nombre de este roble centenario.
En los alrededores de donde está el roble encontramos el típico paisaje del Campichuelo con campos de cultivo y también algún pinar, además de otros robles de mucho menos tamaño que El Dios de Pajares.