Segovia ya tiene su diablillo
La alcaldesa de Segovia Clara Luquero, la concejala de Turismo Claudia de Santos y el autor de la estatua José Antonio Abella han sido los encargados de descubrir la estatua del diablillo en la calle de San Juan
Segovia
La alcaldesa de Segovia Clara Luquero, la concejala de Turismo Claudia de Santos y el autor de la estatua José Antonio Abella han sido los encargados de descubrir esta misma tarde la estatua del diablillo en la parte alta de la calle de San Juan.
Una inauguración oficial que ha despertado la curiosidad de numerosos segovianos que han esperado pacientemente para hacerse el primer selfie con el famoso diablillo.
La controvertida escultura ha sido noticia en medios nacionales e internacionales. La obra ha sido cedida por su autor, José Antonio Abella, mientras que el empresario segoviano José Luis Herrero ha costeado la fundición.
La escultura, de 1,70 m de altura en total, es de bronce y granito, e incluye, como guiño a la actualidad, un teléfono móvil. Se trata de recordar la leyenda que dice que el demonio construyó el acueducto en una sola noche, (noche que, como bien saben todos los segovianos, amaneció sin que al demonio le hubiese dado tiempo a poner su última piedra). La escultura es un diablillo que va sentado sobre el muro de la calle San Juan, en la parte más alta de esta vía, y que usando unas tenazas sujeta un sillar de granito.
Realizada en bronce tiene una altura total de 1,70 m. El sillar sobre el que asienta es de 60x60x40 cm y la impresión que da es que el diablillo sujeta con sus tenazas ese sillar. Su representación escultórica se aleja de las visiones aterradoras de la iconografía medieval. Es un diablo sonriente y rechoncho, hasta la burla, muy alejado de un siniestro demonio con el que asustar a los niños.
Además, José Antonio Abella ha añadido un elemento de actualidad, un teléfono móvil con el que el propio diablo se está haciendo un selfie frente a su obra, el Acueducto. Una invitación sin palabras a que los turistas se fotografíen junto al diablillo y un guiño que permite al escultor, al visitante y al segoviano dejar constancia de su cariño hacia la ciudad de Segovia, ya que en la cara visible del teléfono móvil figura la inscripción I love Segovia.