Hoy por Hoy Madrid Norte
Actualidad
Cine

Llega el combate del año a las salas de cine

Stallone y Redford animan la cartelera con Rocky y el último trabajo de uno de los grandes de Hollywood

Escena de Creed II: La leyenda de Rocky / Warner Bros Pictures España

Alcobendas

Llega el momento de repasar los estrenos más destacados de la semana, con Sylvester Stallone encarnando de nuevo a Rocky Balboa, o la última película del gran Robert Redford entre las más atractivas.

Cine: Llega el combate del año a las salas de cine

Creed II: La leyenda de Rocky: Para Adonis Creed (Michael B. Jordan) la vida se ha convertido en un juego de equilibrio. El joven boxeador, hijo de Apollo Creed, debe repartir su tiempo entre sus obligaciones personales y su entrenamiento para su próxima gran pelea, en el que afrontará el gran reto de su vida. Además, el enfrentarse a un oponente vinculado con el pasado de su familia intensificará su inminente batalla en el ring. Eso sí, Rocky Balboa (Sylvester Stallone) estará a su lado, y juntos harán frente a ese legado compartido, lo que les llevará a preguntarse si merece la pena luchar por ello, al tiempo que descubren que nada importa más que la familia.

Familia al instante: Pete (Mark Wahlberg) y Ellie (Rose Byrne) son una joven pareja que deciden ser padres y formar una familia a través de la adopción temporal. De la noche a la mañana, se encontrarán cuidando a tres niños que son hermanos, la mayor de ellos una rebelde quinceañera llamada Lizzy (Isabela Moner). Ahora Pete y Ellie deberán aprender lo que significa la paternidad, de la forma más divertida posible, con la esperanza de convertirse en una familia.

The Old Man & The Gun: Forrest Tucker (Robert Redford) es un apuesto ladrón de bancos que durante sus 70 años de vida ha logrado escaparse 18 veces de prisión. Retirado del oficio, Tucker vive en un hogar de jubilados y ha encontrado en Jewel (Sissy Spacek), el amor de su vida. Claro que, al ver un día por televisión al detective John Hunt (Casey Affleck), el ex atracador siente la necesidad de dar un último golpe, y demostrar que aún puede traer en jaque a los policías más competentes.