Grupo Lar propone un "ecobarrio" para el Cordel de Écija

Córdoba

El Grupo Lar quiere convertir el Cordel de Écija en un “ecobarrio”, con más de 2.000 viviendas y un equilibrio entre usos residenciales (50%) y usos comerciales (25%) y equipamientos y servicios (25). Para ello, tal y como adelantó el Diario Córdoba, se anuncia una inversión de 500 millones de euros, después de que este grupo haya comprado gran parte de los terrenos de este espacio de unos 140.000 metros cuadrados en la margen izquierda del río Guadalquivir.

En Hoy por Hoy Córdoba hemos conversado con el arquitecto Pedro García del Barrio, que junto a otro arquitecto, Rafael de la Hoz, respaldan este proyecto que vendría a continuar dos de los objetivos esenciales de Córdoba: “recuperar el río para la ciudad y equilibrar el norte y el sur de Córdoba”.

En el plano de las propuestas, según lo afirmado por García del Barrio, el plan pasa por construir un barrio “sostenible, compacto, complejo, inclusivo y conectado” según dicta la normativa de la UE. A la petición de los vecinos que reclaman que sea un proyecto “permeable y que no separe”, García del Barrio, responde que “ese es el objetivo fundamental” y anuncia que en su construcción, la zona sur ha de verse favorecida en materia de formación para el empleo.

A pesar de que el proyecto no ha sido dado a conocer por las administraciones públicas, García del Barrio, insiste en que se trata de un proyecto “bajo la dirección pública, de ciudad, transversal”. Se trata de intervenir en 1.500 metros lineales de ribera. Una distancia similar a la ribera ya edificada entre el puente de San Rafael hasta el Molino de Martos. En ese espacio hay terrenos públicos pero también privados, mayoritariamente del Grupo Lar.

¿Qué visos de credibilidad tiene el proyecto?

A juicio de este arquitecto el proyecto es “grande y posible”, porque “ya está en el planeamiento de la ciudad. Cabe recordar que en 2001 la arquitecta Auxiliadora Gálvez ganó el premio de arquitectura Europan con una propuesta para esta zona que contemplaba la construcción de 1.800 viviendas. Hasta ahora no se había podido ejecutar el desarrollo de los planes urbanísticos en la zona “por la crisis y la ausencia de un inversor privado”. Esos obstáculos parecen haber desaparecido ya, según García del Barrio. La existencia de un grupo inversor con voluntad y fondos se convertirían en este caso en un “acelerador” del proyecto.

A las dudas vertidas sobre la capacidad del proyecto para superar los requisitos legales, innovación del PGOU incluida, García del Barrio asegura de “el procedimiento administrativo no es una rémora, sino que le da seguridad jurídica”.