A la vejez miseria

Las Palmas de Gran Canaria

Como hemos contado en muchas ocasiones la pobreza tiene nombre fundametalmente de mujer y es cierto. Con los últimos datos ofrecidos por el sindicato CCOO, extraídos de fuentes oficiales, sabemos que también pasa con los mayores. Las pensionistas ganan menos que los hombres porque tuvieron menos salarios, incluso son mayoría recibiendo las míseras pensiones no contributivas, reciben en las islas 363 euros mensuales.

 Así que ninguna sorpresa, aunque nos digan que les cuesta más llegar a fin de mes y que sufren para comprar, o directamente no compran ni carne ni pescado, un porcentaje nada desdeñable de mayores. Casi la mitad de los mayores de Canarias dicen tener necesidades materiales.

 Un tercio de los mayores reconoce mantener al resto de sus familiares con la pensión, que es único ingreso de la unidad familiar. En defitiva que a la vejez miseria. En Canarias estamos en las peores circunstancias, con las comunidades autónomas más pobres del estado. Los jubilados y pensionistas hacen de Ongs, protegen a hijos y nietos, salvan a parados, llevan a sus nietos al cole y se convierten en la mejor herramienta de cohesión social, consiguiendo evitar males mayores.

 Todavía algún político tiene alguna duda que hay que subir las pensiones no contributivas. Alguien sinceramente puede rechazar que tenemos que poner en marcha un mejor sistema de protección social que evite que los mayores sostengan solos a hijos y nietos.

Solo hace falta acuerdo para, con los expertos y funcionarios, crear un sistema, que sin desmotivar la búsqueda de empleo, consiga proteger a los que no llegan a cubrir necesidades. Pero quién lo paga, pues parece evidente que debe ser el gobierno central y si no lo hace, como pasa ahora, debe haber un desembolso por parte de la Comunidad Autónoma, en la medida de sus posibilidades.