La Virgen de la Calle
La Firma de Pedro Brouilhet

"La Virgen de la Calle", la Firma de Pedro Brouilhet
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Palencia
Mañana celebramos la Virgen de la Calle, patrona de nuestra ciudad. Hoy quiero recordar a tantos buenos vecinos y vecinas con las que nos encontramos cada día en nuestras calles, plazas, avenidas:
Niños que juegan, sonríen, descubren, comparten…
Jóvenes que entienden su vida como un servicio a los demás.
Personas que generan buen ambiente con su sonrisa natural.
Adultos a las que da gusto escuchar porque aprendes y disfrutas con ellos.
Mayores, que a pesar de la edad, se apasionan con sus proyectos.
Hombres y mujeres que vencen sus crisis con madurez. Se levantan una y otra vez para seguir caminando.
Vecinos que organizan el Día de la Paz, los carnavales, encuentros de formación, fiestas, sin ninguna recompensa, más que para generar unión y vecindad.
Alcaldes y concejales en pueblos pequeños, que sin sueldo y con muchos dolores de cabeza apuestan por el bien común.
Pero en nuestras calles hay también hombres y mujeres caídos, derrotados, angustiados, pisoteados:
Personas mayores que viven solas en sus hogares.
Ancianos quien no tiene nadie que les visite cuyo día a día se convierte en una monotonía.
Jóvenes que llevan un tiempo en paro, o trabajando horas sueltas con unos sueldos escandalosos.
Padres y madres que les cuesta llegar a final de mes, cuyo día a día en una continua suma y resta para poder sobrevivir.
Niños desplazados, con los que pocos compañeros quieren jugar, hacer trabajos juntos o invitarles a sus cumpleaños.
Personas sumergidas en la tragedia del alcoholismo, la drogadicción, la ludopatía…
Mujeres maltratadas que viven su día a día como una historia de miedo y de terror.
Personas sin hogar que no tienen una casa para vivir con dignidad.
Para todos y cada una de esas personas tenemos que ser una luz que les ilumine, les consuele, les escuche y les ayude a salir de su situación…. Para mí eso es celebrar esta Fiesta de Nuestra Patrona. No nos podemos olvidar que María fue una mujer sencilla que vivió, como su Hijo entre los pobres y los marginados.
Celebrar nuestra fiesta nos tiene que llevar a solidarizarnos con todos los caídos con los que nos encontramos cada día en nuestras calles. Estos son los que deberían de ocupar los primeros puestos en la procesión de mañana.




