Sociedad
Contaminación acústica

Bares y restaurantes: "Va a ser imposible poder cumplir esta legislación"

Empresarios hosteleros piden al Ayuntamiento de Zaragoza que revise la ordenanza y que se les tenga en cuenta porque esta ordenanza les obliga a asumir responsabilidades para las que no tienen competencias

Representantes de bares y restaurantes de Zaragoza / Lorena Ruano

Zaragoza

La ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica no gusta a los hosteleros zaragozanos. Tanto es así que se han unido ante la que, dicen, es una amenaza grave para el sector y para otras actividades industriales por lo que exigen al ayuntamiento que la revise y que se les tenga en cuenta.

Pero no solo no gusta a los hosteleros, tampoco convence a vecinos, usuarios o propietarios de locales que van a verse afectados de forma notable por las exigencias q recoge. Alberto Campuzano, de la Plataforma de Empresarios de Hosteleros de Aragón, señala que "va a ser imposible poder cumplir esta legislación, va a dar positivo midamos donde midamos". Por ejemplo, "en mitad de Pilares, por mucha autorización que tenga un espectáculo, se va a paralizar, o en unas fiestas del barrio".

Otro ejemplo: las instalaciones de aire acondicionado "pasarán a  ser ilegales en el momento en el que se aplique". Así, "la mayoría de los supermercados, gimnasios y otras instalaciones serán ilegales" porque están haciendo una norma en la que no se han preguntado a los técnicos". Creen que hay "una inseguridad jurídica total".

No gusta ni por las formas, porque no se les ha tenido en cuenta, ni por el fondo, por ser muy restrictiva. Además, les tocará asumir obligaciones que no les competen. José Luis Sanz, de la Asociación Cafés y Bares de Zaragoza, apuntaba que esta normativa "nos convierte en policía de determinadas conductas de nuestros clientes o, simplemente, de personas apostadas frente a nuestros negocios y que ni siquiera sean clientes nuestros". Así, "nos obliga a responder de las conductas de otros con carácter solidario y se nos castiga con una gravosa carga, obviando que nuestras facultades de actuación en la vía pública son nulas". De hecho, "ya dentro del mismo establecimiento son bastante limitadas".

El principal problema dice es que "se ha empezado la casa por el tejado" porque "no hay un mapa de ruido que focalice y localice los problemas de ruido de la ciudad y hago la ordenanza", apunta Pablo Cano, de Aragón en Vivo. "Esto es lo que más nos indigna y, además, son 20.000 puestos de trabajo". Por eso, no entienden que no se les haya ni tan siquiera llamado para preguntar. "No estamos yendo de mártires", remarca.

 
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