Los médicos de urgencias no aguantan más

Aranda de Duero

Los profesionales de medicina del Servicio de Urgencias de Atención Primaria de Aranda Urbano y de Aranda Rural han hecho un escrito dirigido a la Gerencia de Atención Primaria de Burgos y a la Gerencia Regional poniendo de manifiesto la precariedad en la que están trabajando y alertando del riesgo que implica esta situación para la salud de los pacientes. Comienzan explicando “que la plantilla adjudicada, ya insuficiente de por sí para la prestación del servicio, no puede soportar más reducciones”. A día de hoy ocurre que en ocasiones no se cubre la plantilla, lo que convierte en absolutamente imposible proporcionar la asistencia sanitaria con las mínimas garantías.

Y es que en los últimos años el servicio ya ha sufrido una merma notable al quitarse en Aranda rural uno de los dos médicos que tenía y al reducirse en Aranda urbano 2 horas en el tramo horario comprendido entre las diez y las doce de la noche de uno de sus dos médicos.

Los profesionales sanitarios detallan en este escrito que la última propuesta realizada por la gerencia de atención primaria de Burgos ha sido la de dejar para todo el servicio unificado dos médicos, lo que suponía la reducción de un médico más. Aunque esta idea se descartó por inasumible, la realidad actual es que en la práctica se ha llegado a esa situación, quedándose en múltiples ocasiones el servicio atendido únicamente con dos médicos e incluso tan solo con uno.

“Hay que tener en cuenta que cada vez que salimos a realizar un aviso tardamos como mínimo una hora, llegando a estar hasta 3 horas o incluso más fuera del centro durante la misma guardia, por lo que durante este tiempo el centro puede quedarse sin médico”, explican los firmantes, llamando la atención de “la sobrecarga que supone desempeñar el trabajo en esta situación, teniendo en cuenta que la duración de las guardias es de 17 y 24 horas continuadas”. Dicen que esto “resulta insoportable y está llevando a la renuncia de numerosos profesionales, lo cual a su vez agrava el problema.

Los profesionales sanitarios son conscientes de la dificultad de disponer de médicos que quieran asumir este trabajo pero afirman “que no es una solución someter a los pocos que quedamos en una situación tan precaria, a no ser que lo que se pretenda sea cerrar el servicio y dejar a una población estimada en unos 50.000 habitantes, más los desplazados de otras localidades, sin asistencia sanitaria durante las horas que cubre nuestro servicio”. Por todo ello, denuncian “la imposibilidad manifiesta de cubrir el servicio con las mínimas garantías en las condiciones actuales, con las consiguientes implicaciones para la atención sanitaria de los pacientes y el riesgo para su salud mucho mayor de los estándares aceptables, al menos en lo que respecta al retraso en su asistencia y la imposibilidad de una respuesta inmediata en situaciones en que puede haber un riesgo vital.

Concluyen el escrito advirtiendo de que no se hacen responsables “de las consecuencias perniciosas y graves que de ella puedan derivarse y que de seguro derivarán si no se toma las medidas necesarias urgentemente”.