La realidad y le deseo

León

El derribo de los Presupuestos Generales más sociales en décadas y el consiguiente adelanto electoral deja algunas evidencias difíciles de soslayar. A saber: A la derecha trinitaria se le unen los independentistas en el desprecio a los derechos sociales y las condiciones de vida de las clases medias y trabajadoras, arrasadas por las políticas inhumanas de austeridad que se han aplicado con la excusa de la crisis. Y otra no menor, la cesión del felón Sánchez a los enemigos de España es de tal magnitud que estos se lo han pagado echándole de la Moncloa. Cuando uno escucha a Rivera y a Casado tiene la tentación permanente de preguntar por el nombre de su psiquiatra y recordarles la importancia de tomar la medicación a las horas.

Y la última, si no se produce una movilización mayúscula de la izquierda el 28 de Abril, lo que viene es un retroceso de décadas. Para los de siempre, claro. Por eso, es imprescindible aparcar las puñaladas cainitas, los discursos maximalistas y los certificados de pureza para construir una mayoría social que salvaguarde los derechos de las mujeres , de los jóvenes, de los trabajadores, recuperando lo que tanto costó conseguir y construyendo una casa común en la que quepamos todos.

Y para ello, hay que volver a hablar de pensiones, del Salario Mínimo Interprofesional, de la Sanidad y la Educación Públicas, de las condiciones laborales, de las becas, de la violencia machista y la protección a las víctimas, porque si no lo hacemos nos pasaremos el día llorando por la España que se rompe, señalando como traidores a los nuestros y tapando la realidad con banderas rojigualdas que sólo ocultan las vergüenzas de los corruptos.

Conviene no olvidar que, si no lo hacemos, lo harán por nosotros mayordomos como Silván con una llamada a José Luis, para que le diga cómo arreglar lo suyo que nunca fue ni será lo nuestro.