Sociedad

Una ordenanza un poco engorrosa

El Ayuntamiento busca un equilibrio entre las exigencias de quienes son especialmente sensibles en la protección de los animales de compañía y otras consideraciones

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Aranda de Duero

La concejalía de Medio Ambiente está dándole una última vuelta a la ordenanza sobre protección de animales domésticos y su tenencia. Este departamento lleva varios meses trabajando en una nueva normativa más completa que la actual, que data de hace 18 años. La ordenanza en vigor es un documento de siete páginas y 18 artículos, que se refieren a cuestiones como la obligación de los propietarios de mascotas de tenerlas en buenas condiciones higiénico-sanitarias, identificadas e incluidas en el censo municipal, haciendo mucho hincapié en el control de animales potencialmente peligrosos, que cuentan con su propio libro de registro. La nueva normativa que han redactado los técnicos tomando nota de las más recientes de otros municipios es mucho más exhaustiva y va más al detalle, hasta el punto de que en la última comisión informativa donde se debatió sobre este borrador, se planteó la necesidad de devolver el texto para que lo conviertan en algo más fácil de interpretar y llevar a la práctica. “Los grupos políticos nos pidieron que la ordenanza estuviese un poco menos gruesa en el sentido de que sea mucho más fácil de interpretar por los ciudadanos”, explica Alfonso Sanz. El concejal responsable aclara también que las cuestiones que recoge el borrador “son cosas totalmente normales y que todas las personas que tienen cariño hacia los animales lo hacen lo hacen sin ningún problema, pero al transcribirlo a una ordenanza a veces resulta chocante que se pongan obviedades que todo el mundo sabe que tiene la obligación de cumplir”.

El Ayuntamiento para la redacción de esta nueva ordenanza ha tenido que hilar muy fino en lo que se refiere a la protección de los animales y el fomento de las buenas prácticas tratando de mantener el equilibrio entre las exigencias de algunos colectivos y otras consideraciones de sentido común. Aunque la normativa del año 2001 ya refleja que “el Ayuntamiento podrá confiscar los animales sobre los que existan indicios de malos tratos o torturas, que presenten síntomas de agresión física o desnutrición”, dice el concejal de Medio Ambiente que la capacidad de sancionar no está entre las competencias municipales.”Según otros colectivos, nos quedamos cortos y tendríamos que poner más énfasis en medidas más contundentes de salvaguardar los derechos de los animales, pero nuestra obligación es buscar un equilibrio entre las competencias del Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León, que es la que tiene la facultad de sancionar”, añade Sanz.

 
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