Sanidad y salud

Córdoba

Desde hace un tiempo los ciudadanos nos sentimos preocupados por la sanidad pública universal y gratuita, tal como la disfrutamos en España y en particular en Andalucía.

Y ocurre que preocupados por recibir asistencia, una vez sufrida la dolencia, solemos desentendernos del otro aspecto fundamental, la prevención de las situaciones de riesgo que podrían minimizar o prevenir los efectos indeseados.

Conviene distinguir entre asistencia y atención, el objeto de la Sanidad es la asistencia , y el de la Salud, la atención, aunque en la práctica solemos utilizar ambos términos indiferentemente, sin precisar con exactitud a qué nos estamos refiriendo. A ello contribuyen, en no poca medida, nuestros dirigentes políticos que no se ponen de acuerdo al llamar de distinta manera –Salud y Sanidad-, a Organismos con las mismas competencias, véase Ministerio de Sanidad y Consejerías de Salud.

Convendría pues definir los parámetros a cumplir por el concepto de Salud Pública, teniendo en cuenta los determinantes sociales, a saber, las circunstancias en que las personas nacemos, crecemos, vivimos, trabajamos, y envejecemos, incluidos los programas de Salud.

Tales circunstancias son el resultado de la distribución de la riqueza, del ejercicio del poder por parte de nuestros dirigentes, y de la actuación de los lobies financieros, además de la explotación de los recursos a nivel mundial, nacional y local en estrecha correlación con las políticas desarrolladas.

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Visto así, la Salud Pública no es una rama de la medicina tal como se tiende a concebir en la actualidad, sino al contrario, la medicina una rama de la salud pública.

En la práctica, lo que suele ocurrir es que centremos la atención en las urgencias y descuidemos los otros aspectos que podrían atenuar los efectos negativos sobre la salud individual y colectiva, descargando en un futuro la febril actividad de la sanidad.

En el caso concreto de las ONG´s que trabajamos en el tratamiento de las drogodependencias, llevamos años contribuyendo al bienestar de la ciudadanía tratando las adicciones, pero a la vez previniendo conductas de riesgo y amortiguando los efectos de las drogas en el organismo, aportando soluciones para el bienestar de la sociedad, en un claro ejercicio de síntesis entre la sanidad y la salud.