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Que no se te muera la bacteria

La Columna de Rafa Gallego: Que no se te muera la bacteria (01/03/2019)

La Columna de Rafa Gallego: Que no se te muera la bacteria (01/03/2019)

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León

Me imagino a este Héctor millennial con la armadura de Aquiles abandonada en una silla cualquiera en cualquier rincón del laboratorio. Es un Héctor de la paz que, aunque es sabedor de que todavía no ha llegado su hora y puede retar a todos y arrasar con cuanto griego haya, no se abalanza sobre ellos. No se enfrentará a ese Áyax poderoso, con quien entablaría tan singular combate, que terminaría en el reconocimiento del valor del contrincante y un intercambio de espada contra cinturón. Siempre hay alguien que puede más que tú. Conviene no olvidarse nunca de eso. Este Héctor del que ahora te hablo ya te digo que, si fuese el caso y matase a Patroclo, consiguiendo así la armadura del legendario Aquiles, lo dejaría todo colocadito en una esquina del laboratorio para volver a dedicarse a sus bacterias. “A las bacterias también hay que atenderlas en fin de semana, porque si no, se mueren”, dijo.

Y así dejó bien claro que su interés máximo es esa investigación en la que participa en la Facultad de Veterinaria de la ULE, que los gatos y los perros están bien, pero que en nuestro mundo hay cosas más importantes, como, por ejemplo, las bacterias y que las bacterias no entienden de fines de semana, ni de partidos del siglo, ni de nada que no sea su mundo de bacteria. Pero el investigador tiene que cuidar de que no se le muera la bacteria para poder establecer sus conclusiones. Esa es la consigna: que no se te muera la bacteria y, si se muere, que no sea por tu negligencia, y que sirva para algo.

Supongo que no hay sentimientos de bacteria, que esa sofisticación por la defensa de la vida no alcanza a conceder conciencia, aunque sea una conciencia procariota, a seres tan simples. Pero eso, que lo ve cualquiera, es un elemento de discordia en momentos tan críticos como el nuestro, momentos de espacio para toda discusión, en los que hasta lo más evidente puede ser negado con tal de decir que ha sido un tuit a destiempo o una salida de tono. Lo duro es que el fake ya está hecho y en el momento que lo retuiteen cuatro o cinco, esa mentira que te has inventado sobre la bacteria, ya está en marcha, con todo el mundo asintiendo ante tan poderosa verdad y la bacteria se hunde un poco más en su mundo en descomposición con cero expectativas de éxito, a no ser que se encuentre algún inglés que la reanime y la rearme, que a los ingleses les gusta mucho esto de conseguir que cada individuo viva en su perfecta autonomía, circule por el lado contrario y se salga con la suya de cualquier manera.

Esta imagen de las bacterias en el laboratorio me recuerda que estamos en fechas de elaboración de listas para las elecciones. Unos se alistan porque pueden, otros vuelven del olvido y se presentan, los hay que querrían salir en alguna lista, pero no donde les ofrecen y también alguna historia dolorosa, de esas que echan fuera millones de bacterias embarcadas en sus lágrimas y que dejan ver lo que hay en cada casa. La verdad es que los comprendo: si haces primarias, te la juegas a que gane ese con quien no contabas; si las haces, pero de aquella manera, los que están en el partido te montan un escándalo, porque quieres presentar a quien hace una semana y un día todavía era una bacteria del contrario. Si no las haces, parece que no hay democracia en tu listado. Difícil papeleta bacteriológica. Hay partidos que han resuelto a machetazos: me encantaría poder contar la historia del virus y la bacteria de ese desaguisado.

 
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