Qué esperar del 8M

Valencia

El riesgo de tener éxito es generar expectativas. Y eso es precisamente lo que le sucede este año a la huelga, los paros y la movilización feminista del 8 de marzo. La eclosión de la pasada edición, indiscutible, eleva significativamente lo que se espera de la cita. Pero es injusto pensar que todo el movimiento feminista se la juega a esa carta.

Porque el feminismo es una batalla diaria, cotidiana y en todos los ámbitos. El 8 de marzo es un escenario que hay que aprovechar para visibilizar las situaciones de desigualdad en todos los órdenes de la vida y hacernos oír. Más aún en una situación política como la actual, con la amenaza de la ultraderecha cada vez más presente.

El día 8 pararemos, saldremos a la calle, alzaremos la voz. Y quizá alguien más caiga en la cuenta de las situaciones de machismo y desigualdad que vivimos cada día las mujeres. Y seguiremos avanzando. Este año, el próximo, y los que vengan, el 8 de marzo, y todos los días, hasta que deje de hacer falta.