Bello

Antonio Bello celebrando un gol en Chapín / Radio Jerez Cadena SER

Jerez de la Frontera
Seguro que fueron por pura impotencia y fruto del calentón, pero no pudieron ser más injustas las críticas vertidas contra uno de los capitanes del Xerez DFC, Antonio Bello, tras fallar el penalti que impidió al equipo ganar en Córdoba y recortar distancias con el cuarto clasificado.
Hace año y medio, el asidonense apostó por el proyecto bajando de Segunda B a categoría regional e involucrándose como el que más dentro y fuera del campo. Aunque entraba ya en el otoño de su carrera, seguro que en otros clubes de superior categoría le hubieran pagado bastante más. Pero después de dar tantas vueltas por toda España, era hora de volver a casa y poner toda su calidad, experiencia y profesionalidad al servicio de un club en el que, una vez retirado, seguro que tendrá mucho que decir.
Bello nunca se arruga. Ni en el terreno más impracticable, ni ante el rival más férreo, ni a la hora de asumir la responsabilidad de lanzar una pena máxima. Su veteranía es un valor para el equipo. Para los más veteranos y para los más jóvenes. Para los que suman decenas de partidos como azulinos y para los nuevos.
Lleva grabado a fuego este nuevo xerecismo, lo siente como el que más y sabe que está llamado a liderar el barco en esta temporada tan importante. Su calidad nos ha dado ya bastantes puntos y su serenidad se antoja clave en los momentos de más presión. Siempre la palabra oportuna en el vestuario, la mirada necesaria en el campo, la finta que cambia el signo de un partido, la palmada de ánimo al compañero cuando las fuerzas y los ánimos flaquean. Un lujo.
Le veo con el brazalete y estoy viendo a tantos y tantos capitanes que supieron guiarnos por el camino correcto todos estos años. Los penaltis lo fallan o los marcan sólo quiénes los los tiran. Yo confío en Bello tanto como él confía en esto. Mucho ánimo. Lo mejor está por llegar, y él lo sabe mejor que nadie.




