Chapín
Jerez de la Frontera
El estadio que vibró y continúa vibrando con el xerecismo, sin apellidos. El mismo estadio de fútbol que ha sido capaz de ver a equipos de élite, como Real Madrid o Fútbol Club Barcelona, en la máxima categoría del fútbol español y también fue capaz de recibir a conjuntos como Prado del Rey o Federico Mayo.
Chapín es ese que también presenció cómo el Xerez Club Deportivo tuvo que abandonarlo algún tiempo para jugar en el exilio. Incluso, observar cómo su terreno de juego nunca sería el mismo después de aquellos famosos Juegos Ecuestres Mundiales 2002. Por si fuera poco, el año pasado pudo sumar a su historia al ascenso a categoría nacional del Xerez Deportivo FC. Ese pequeño al que vio nacer y echar los dientes. Cuántas historias tiene que contar ese campo de fútbol… ¿verdad?
Seguramente algunos de los que me estáis leyendo, a lo largo de estos 31 años de vida de Chapín, siempre pensasteis que no era el feudo idóneo para vuestros equipos. Los más mayores que nunca estuvisteis de acuerdo con cambiar la sede de vuestro equipo, aquel desaparecido Domecq. Otros porque la pista de atletismo os transmite frialdad y lejanía con respecto a lo que ocurre en el campo. Y muchas críticas más sobre este estadio.
Incluso, hasta hace muy poco se continuaba debatiendo entre los socios del Xerez DFC la posibilidad de jugar en otro campo, en el que los jugadores se sientan más arropados y el rival más agobiado. Aunque parece ser que el ascenso a Tercera alejó los malos espíritus. Y es un interesante debate, qué duda cabe.
Yo soy el primero que sigo manteniendo que de hacerse una buena inversión y cerrar el estadio por los dos costados y los dos fondos, La Juventud sería un escenario idílico para las categorías en las que se encuentran el Xerez CD y el Xerez DFC. Hay algunos así en Primera incluso, como Ipurúa. Aunque, siendo realistas, gran inversión, Jerez y fútbol no van de la mano. Por desgracia.
Y en esta disyuntiva se encuentra por supuesto Chapín, un estadio de Primera División sin lugar a dudas –aunque le quedan algunos arreglillos- que está ahí para disfrutarlo. Cierto es que meter a 2.000 personas –que no son pocas- en un estadio con una capacidad de 20.000 crea un clima algo frío, a pesar del mérito y esfuerzo brutal que realiza cada domingo el Kolectivo Sur, colmando de ambiente Chapín, como si fueran 10.000 personas.
Pero, sinceramente, tener la posibilidad de ver un fútbol vistoso en División de Honor o Tercera División, creo que no tiene precio. En este sentido nunca tuve dudas de que Chapín debía ser la sede oficial del Xerez DFC. Por supuesto también del Xerez CD, aunque esto es otro tema. Y como también he perdido la ilusión que tenía de niño de ver un Chapín sin pista de atletismo (que me perdonen los atletas) y con las gradas pegadas a los banquillos, pues no queda otra que seguir disfrutando de este estadio tal y como está.
Bueno, tal y como está tampoco. Ya anunció el Ayuntamiento la renovación del césped –aleluya- entre otras mejoras varias del estadio, como el marcador, banquillos, vestuarios… Esperemos que este nuevo tapete cumpla con las expectativas y solucione por fin la problemática que año tras año atesora el patatal actual.
Así que valoremos lo que tenemos, que más quisieran muchas ciudades tener un estadio así. Y no me cabe la menor duda de que volveremos a vivir tardes de gloria en las máximas categorías del fútbol español. Por lo que Chapín continuará vibrando con un xerecismo, vuelvo a repetir, sin apellidos y seguirá escribiendo páginas de su historia en ese inmenso libro.