Vacunas contra el odio

Vacunas contra el odio. Firma de opinión de Isabel Romero
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Córdoba
Por desgracia hay que volver a hablar de la enfermedad del odio, que no solo mata físicamente como en el terrible atentado nazi del jueves pasado en Nueva Zelanda o el goteo de crímenes contra misioneros, monjas y sacerdotes en Africa a manos de boko Haran o Daesh, sino ademas el odio destruye los cerebros y contamina las almas de aquellos a los que captura, en muchos casos, para siempre. Vivir y compartir odio se convierte en el eje principal de sus vidas, como una fuerza arrolladora que es capaz de arrastrar tras de sí, a una ingente cantidad de seguidores, formando movimientos sociales, partidos políticos y hasta gobiernos.
Sus herramientas, las mentiras y las verdades a medias. Sus altavoces, las redes sociales, donde cada cual nos despachamos a gusto, sin respeto ni freno.
Definitivamente el odio es el motor de nuestro tiempo, tiempos inciertos para el humanismo, la razón, la paz y la convivencia. Mi proposito, intentar no odiar a nadie, incluso a aquellos que me consta, odian profundamente todo lo que yo pueda representar o defender. Me vacuno desde hoy contra el odio.




