La chica de la curva también se aparece en las carreteras de Cuenca
¿Leyenda o realidad? Escuchamos varios testimonios que nos hablan de apariciones de la niña de la curva y de ensotanados en pueblos conquenses
Cuenca
Las carreteras y caminos de la provincia de Cuenca no son tan solitarias como parecen. ¿Realidad o leyenda la famosa niña de la curva? ¿Y los ensotanados? Niñas y extraños personajes aparecen cuando menos lo esperamos en los lugares más recónditos. Repasamos las características de estos seres y escucharemos dos testimonios de apariciones en Cuenca. Todo en el espacio Misterios Conquenses que coordinan Sheila Gutiérrez y Miguel Linares, y que emitimos cada martes en el programa Hoy por Hoy Cuenca.
La chica de la curva también se aparece en las carreteras de Cuenca
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Una aparición es la visión de un espíritu en forma tangible o sea que se puede percibir en forma precisa. En Cuenca contamos con historias sobre fantasmas, apariciones que trataremos en programas futuros, pero en carreteras de Tarancón, Huete, en aquellos viajes nocturnos, parajes salidos de un peli de miedo, nos encontramos con testimonios de una aparición muy común, la famosa niña de la curva.
No se sabe porque existen miles de niñas de la curva. En casi todas las carreteras peligrosas del mundo existe una. Casi todos los casos son leyendas urbanas que pasan de generación en generación y de boca en boca, historias que te cuentan porque le ha ocurrido a alguien cercano al entorno de la persona que te lo cuenta y lo que quiere es avisarte de un peligro.
Pero en el caso de la niña de la curva suele ser para avisar de un tramo peligroso en una carretera: “Ten cuidado porque ahí me mate yo”. Normalmente o desaparece o grita con el consiguiente susto y reducción de velocidad.
Pero esta historia es muy antigua y desde que existen los medios de transporte ha ido cambiando. Al principio paraba a jinetes, luego coches de caballos... Según evolucionaba el medio de transporte evolucionaba la historia.
Lo curioso es que casi todo el mundo coincide en que es una niña o una joven vestida de blanco o incluso de novia. Pero existe otro tipo de apariciones muy comunes en estos lugares como nos ha contado Jesús en el programa. Una experiencia personal en la que algo se le cruzó en la carretera, durante un trayecto de Tarancón a Fuente de Pedro Naharro.
Pero el tema de las apariciones no acaba aquí, existen experiencias más oscuras y más extrañas si caben. Son aquellas que han sido protagonizadas por los llamados ensotanados: un tipo de aparición recurrente en rutas y zonas urbanas que se caracteriza por tener una especie de túnica, ser de color negro y además llevar capucha o capuchón. Su color, en muchas ocasiones, es más negro que la noche misma. Sus extremidades son difusas, tanto manos como pies no pueden distinguirse con claridad. Resulta particularmente interesante el testimonio de muchas personas que indican haberlo visto con sus brazos en forma de cruz. Es decir, el ensotanado abre sus brazos de par en par con un motivo tan desconocido como su propia presencia.
Para terminar debemos indicar que, en algunos casos menores, también se designa con este término a seres de características similares aunque el color de sus vestimentas son blancas o gris claro. El ensotanado sigue siendo uno de los misterios más importantes e intrigantes de nuestros tiempos, los reportes de avistamientos son, como mínimo, abundantes. Ya que no existen imágenes del ensotanado solo podemos guiarnos por las declaraciones de los testigos a la hora de describir su apariencia.
Basándonos en la casuística podemos afirmar que cumplen tres patrones: son de una altura considerable, dos metros o dos metros y medio, no parecen andar sino que se deslizan sobre el terreno y parecen vestir una ropa extraña, no acorde a la época de la visión o el encuentro.
Pero existen casos donde aparecen dos figuras. En otras ocasiones flotan horizontalmente con el suelo, salen volando por encima de los árboles, llevan una especie de candil en la mano. Sobre esto último nos viene a la memoria la famosa Santa Compaña gallega.
No existen pruebas fotográficas de estos seres, por lo que solo podemos indagar en los testimonios del testigo. Pero son tan amplios y tan variados que cada uno es distinto. Incluso existen casos en los que estas figuras interactúan con los testigos.
Existe un caso recogido por Miguel Pedrero en julio de 2012, donde Marisol Sánchez atropelló a un ensotanado. La mujer golpeó con su coche a alguien que había aparecido de la nada y que lo relata de una manera aterradora.
«¡Dios mío, lo he matado, lo he matado!», gritó. Cuando iba a descender del vehículo, se incorporó un ser ataviado con una sotana que la miró fijamente. Según Marisol, su rostro era esquelético y completamente blanco, y los ojos redondos y rojos. Mientras la mujer vociferaba fruto del pánico, la figura comenzó a alejarse del coche, momento en el que nuestra protagonista se percató de que no andaba, sino que se desplazaba levitando, como si avanzara subido en un patinete.
Existen multitud de casos. En algunos el ensotanado te sigue con la mirada, en otros te ignora totalmente. Incluso en un caso le golpea con el espejo retrovisor del lado del pasajero. Todos distintos pero con el ensotanado como figura relevante.
¿Existe algún caso de ensotanado en Cuenca? Hemos rescatado un testimonio de como Eduardo nos cuenta una experiencia que le ocurrió a un amigo. Una aparición de un ser que en un principio parecía alguien en bicicleta. Fue cerca de Villamayor de Santiago.