El derbi desde dentro
Vicente González Villamil, Ricardo Bango, Carlos Muñoz, Nikola Jerkan, Armando Álvarez y Ángel Luis Pérez nos han contado cómo se vive un derbi en el terreno de juego.
Oviedo
Los derbis son partidos únicos, encuentros especiales que se marcan en rojo desde que se confecciona el calendario en el mes de julio. Por ello, en SER Deportivos Asturias hemos querido conocer de primera mano cómo se viven estos partidos a través de los principales protagonistas, los jugadores.
En la década de los años 70, Oviedo y Sporting coincidieron en la misma categoría en cuatro ocasiones. Tres de ellas en Primera División y una en Segunda. Vicente González Villamil fue testigo de todos ellos y, a pesar de que le habían contado cómo eran estos partidos, afirma que hay que jugarlos para saberlo realmente: "Todo lo que me habían dicho está muy bien, pero cuando lo jugué me di cuenta de que eso era un derbi. Son partidos especiales en los que no hace falta que se motive a los jugadores". Tras casi diez años en el club recuerda muchas anécdotas, pero destaca la sucedida entre Carrete, Barinaga y Tati Valdés con los vestuarios del Molinón como escenario. Sobre las posibilidades del partido del domingo indica que están muy igualados: "No hay ningún favorito, aunque si el Oviedo está serio, no pierde".
El derbi desde el otro lado
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Hasta finales de los años 80 no se volvieron a disputar derbis en competición liguera, pero regresaron con fuerza, ya que desde la temporada 1988/1989 se desencadenaron diez años en los que ambos equipos disfrutaron de tiempos de bonanza en Primera División, con participación en competiciones europeas incluida. Ricardo Bango fue testigo de ellos desde las dos vertientes, primero con la camiseta del Oviedo y luego con la del Sporting. "Los derbis eran una fiesta para toda Asturias" afirma el gijonés. En cuanto al partido del Molinón añade que "los equipos están muy parejos, por lo que se decidirá por pequeños matices". A pesar de tener el corazón dividido por su pasado en las dos entidades, comentó su filosofía para estos encuentros: "Siempre digo lo mismo, que gane el mejor".
El derbi es un fenómeno que absorbe hasta a los que no han sentido el oviedismo o el sportinguismo desde la cuna. Carlos Muñoz destaca el ambiente especial que rodeaba al partido: "Era una fiesta durante los quince días previos y los quince días posteriores. Solo se hablaba del derbi." No se atreve a dar un pronóstico porque está todo muy igualado, aunque lo tiene claro: "Espero que gane el Oviedo, pero lo más importante es que sea un derbi cordial y que todo se quede en el terreno de juego."
Nikola Jerkan es otro de los jugadores que se contagió del oviedismo cuando se puso la camiseta azul. "Las semanas de derbi son especiales, no tiene nada que ver con un partido normal." Su primer partido en pretemporada fue especial, y el croata explicó el percance que tuvo durante su primer derbi.
Armando Álvarez disfrutó junto a Carlos y Jerkan de derbis en Primera División. Destacó el buen momento por el que pasaba la entidad, "conseguíamos bastantes victorias contra el Sporting". Así como que, independientemente de la categoría en la que militen los equipos, "los partidos son derbis y siempre son muy igualados". Para el partido del domingo Armando sabe cómo se desarrollará: "Suelen ser partidos broncos, con poco fútbol, aunque esperemos poder llevarnos la victoria".
El último derbi en Primera División se disputó en la temporada 1997/1998, hace más de veinte años. A principios del siglo XXI, con los dos equipos en Segunda, Ángel Luis fue protagonista de ellos: "Se vivía con mucha pasión, pero los jugadores sabiamos que era uno de los partidos más importantes del año". En la actualidad, echa de menos los pocos canteranos que hay en ambas plantillas, aunque no duda de la profesionalidad de los futbolistas: "Cuando yo jugaba eramos jugadores de la casa, ahora en los primeros equipos no hay muchos canteranos y quizá eso tire un poco para atrás el espectáculo." Afirma que los pronósticos no son lo suyo, pero espera sacar un resultado positivo.
Tras quince años sin derbis, la rivalidad regional volvió la temporada pasada y lo hizo para quedarse. Han pasado cuarenta años desde los derbis de Vicentón, treinta desde los de Bango, más veinte desde los de Carlos, Jerkan y Armando, y un poco menos desde los de Ángel Luís. Pero lo que une a todos es la tensión con la que se viven estos partidos y el nerviosismo que generaba en la semana previa. El fútbol ha cambiado mucho en todo este tiempo, pero no el sentimiento.