Animales de compañía

Palencia

Hace diecinueve años que el pleno del Ayuntamiento aprobó la ordenanza municipal reguladora de la tenencia de animales de compañía. En el lapsus de tiempo que ha pasado se han realizado algunas pequeñas matizaciones a su contenido, pero que nunca han modificado sustancialmente los artículos principales de la misma.

Las ordenanzas son las normas que los ayuntamientos pueden crear para regular los temas que son de su competencia y, por tanto, son la normativa que se ha de aplicar. Es curioso, pero, en muchos casos, son las grandes desconocidas y, por supuesto, son incumplidas con asiduidad. Es más, la de tenencia de animales de compañía es la que más trasgresiones sufre y que, por lo general, queda sin la correspondiente sanción.

El Ayuntamiento de Palencia está siendo muy tibio en esta materia. De tal manera que en lo que llevamos de año sólo se ha sancionado a una persona por no recoger los excrementos de forma inmediata. O faltan policías municipales para llevar a cabo esta tarea o no se le da ninguna importancia y se mira para otro lado.

Me consta que en el agosto pasado se contrataron cinco agentes de información y atención al ciudadano para, entre otras tareas, indicar a los propietarios de perros la obligación de recoger las deposiciones que realizan. También, les han informado de que no pueden andar sueltos, salvo en horarios muy concretos y nunca en determinados parques como el del Salón.

Ahora, el concejal del área se ha propuesto que esta situación cambie y que la Policía Municipal haga un esfuerzo para hacer cumplir la normativa. Me suena muy mal, ya que la obligación de sancionar por quebrantar la normativa es inherente a la labor de los agentes de policía.

Item más, parece que no se va a hacer hincapié en otras transgresiones habituales como que está prohibido la micción de los animales en las fachadas de edificios, paredes o portales; la obligatoriedad de llevarlos correctamente atados por las calles; la exigencia de la identificación mediante microchip y su inscripción en el registro municipal; la necesidad de cumplir unas medidas más exigentes para los perros de razas potencialmente peligrosa; etc. A todo esto le podemos sumar el comportamiento antisocial de muchos dueños que llevan a sus canes con correas extensibles y que, muchas veces, impiden el normal paseo de los viandantes.

No estoy en contra de los animales, todo lo contrario, pero creo que la tenencia de ellos exige una responsabilidad que, en muchos casos, no se alcanza y es culpa exclusivamente de sus propietarios. Creo que las sanciones previstas son de escasa cuantía, ya que sí lo sumamos a lo poco que se denuncia sale muy barato incumplir la ordenanza municipal.