Una patria de necios

León

Para salvar su patria las derechas españolas están sacando de los armarios ultras a generales en la reserva y a mujeres con lengua y alma de legionario. Para salvar su patria colocan de candidatos a periodistas, juristas y profesores con hambre de banderas y toro. Y se roban a viejos dirigentes despechados por las siglas de las que mamaron durante décadas. Todo por salvar la patria que se inventan en peligro y que hasta ahora estuvo dormitando en las bahías azules del Partido Popular.

En León, los más ultras han pescado candidatos en el sector de los juristas y aún les faltan nombres que ofrecer a este circo electoral que está removiendo tiempos preconstitucionales. De no ser por los tribunales que cada semana muerden acusados en las filas populares, Alfredo Prada volvería a resucitar como senador por estas tierras que lo vieron un día levantar el brazo y cantar con las banderas del partido ultra de Blas Piñar.

Mientras crecen estas turbulencias electorales, en el gobierno de la Junta de Castilla y León hace tiempo que la noche se le ha echado encima. Los tribunales le paralizan leyes y decretos por deficiencias y lagunas técnicas de principiantes del Derecho. Esta Comunidad está desapareciendo bajo los escombros de un gobierno en descomposición y en retirada desde hace años. Están matando la escuela pública, la sanidad pública y los servicios sociales públicos. Su patria son los colegios concertados, las universidades privadas, los hospitales privados y el uso de la caridad para aliviar las penurias sociales.

Pero la patria no se salva con banderas, ni con mentiras, ni con llenar de estiércol el debate público, ni con ponerle gasolina en la cabeza a quienes no la tienen.