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Bedmar Debate | Padre Ángel

Un mundo mejor ya es realidad

El Padre Ángel defiende que, a pesar de las desigualdades, vivimos en la mejor época de la historia

Momento de la charla / Antonio Plaza

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El Padre Ángel, creador de ‘Mensajeros de la Paz’ y ‘Premio Príncipe de Asturias a la Concordia’ en el año 1.994, llegaba a Bedmar para participar en una de las actividades de la ‘Asociación Bedmar Debate’, la conferencia ‘Un mundo mejor es posible’.

En salón de actos repleto de público / Antonio Plaza

Su presencia en la localidad generaba gran expectación, que dejaba pequeño el Salón de Actos del Centro Cultural García Lorca, con numeroso público en los pasillos. Entre el público, el alcalde de Bedmar- Garcíez, Juan Francisco Serrano, miembros de la corporación y el que fuera rector de la Universidad de Jaén, Luis Parras.

Previo al acto era recibido en el Ayuntamiento de la localidad y firmaba en el libro de honor.

Momento de la intervención de Fernando Viedma, presidente de 'Bedmar Debate' / Antonio Plaza

El acto lo abría el presidente de la asociación ‘Bedmar Debate’, Fernando Viedma, “… Si nosotros vemos, a diario, los medios de comunicación, observamos que los problemas del mundo actual, se repiten continuamente, si tuviésemos que hacer una lista de cuáles son esos problemas, hablaríamos del hambre, de la falta de agua potable, en muchos países. Producto de esa desigualdad que hay entre países ricos y países pobres. Hablaríamos del drama de los refugiados… También nos acordamos de los miles de personas que mueren, todos los años, en el mar Mediterráneo, intentando llegar a un mundo mejor, y lo que encuentran, muchas veces es la muerte. A veces, no hay que irse, tampoco, muy lejos, lo tenemos aquí, en nuestro país tenemos, también, gente que está necesitada. Cuando vemos todas estas imágenes, lo normal que sintamos dolor y sobre todo impotencia, que nos lleva a pensar que no podemos hacer nada, que esto nos pilla muy lejos, que esto es de difícil solución, que siempre habrá pobres y ricos, que siempre habrá conflictos bélicos. Nosotros con este acto, lo que pretendemos es eliminar ese pesimismo y ver que si se pueden hacer cosas, que esta situación puede cambiar. Que no se puede conseguir de la noche a la mañana, pero que se puede conseguir. Quizás necesiten algunas generaciones, que pasen otros sacerdotes, otros papas, otras papisas, como decía, recientemente, el Padre Ángel. Pero que es posible, y para eso tenemos, esta tarde, aquí el testimonio del Padre Ángel, que está trabajando mucho y bien, en ese sentido…”.

Ejercía de presentador del Padre Ángel, Julio Millán, presidente de ‘Edad Dorada-Mensajeros de la Paz-Andalucía, estrecho colaborador, natural de Bedmar, próximo pregonero, el 13 de abril de la Semana Santa de Bedmar, “… El Padre Ángel no tiene presentación, basta con decir que es un hombre de Dios, un profeta de este tiempo, un icono de la solidaridad, un hombre carismático… Un 11 de marzo fue su cumpleaños, 38 al revés, y a él no le gusta que digan sus años, porque tiene una vitalidad no propia de su edad. A los más jóvenes nos cansa, él es incansable, no tiene horario, ni sitio, ni lugar, vive, sencillamente, vive y vive en mayúscula. Es un hombre si arrugas en el corazón, ni en la cara. Nos ‘engatuzo’ a Domingo y a mí, hace cuarenta años, cuando éramos dos estudiantes. A los pocos meses nos mandó a Lugo, a un reformatorio, cuando éramos unos angelicos, allí aprendimos a ser personas, con él. Hace 56 años que tuvo esa idea genial… Desde muy pronto, fue muy sensible a una realidad muy concreta, ver los niños de Asturias hacinados en grandes internados, que venían con carencias familiares y problemas graves. Él dijo no, esto sobra, un niño es mucho más que un número. Pensó en hogares, hogares lo más parecidos a una familia normalizada, y así empezó en el 62. Tiene miles de premios, que o no vamos a sacar a relucir, porque él pasa de premios… Nunca tiene nada suyo… Él es así, los grandes hombres son siempre así, con un carisma especial y un sello especial…”.

Fragmento de la intervención dle Padre Ángel

09:07

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El Padre Ángel iniciaba su intervención, confesaba, emocionado y nervioso, a pesar los muchos años, dispuesto, sobre todo, a escuchar, y hablar de corazón a corazón, con el numeroso público asistente, destacando que vivimos en la mejor etapa de la historia, “… Vengo a decirles que un mundo mejor es posible, y a comprobar que cuando las personas se quieren, sin duda, un mundo mejor es posible. Vengo a decir que, sinceramente, vivimos en un mundo mucho mejor que el de hace 5, 50 o 200 años, sin duda alguna. Es cierto que las noticias negativas nos asaltan cada día, en los informativos, en les redes sociales, en la calle, en la puerta de nuestra vecina de toda la vida. Y que sigue habiendo las guerras, el paro, la desigualdad, la crisis de los refugiados, la mortalidad infantil. Pero lo cierto es que somos testigos de una mejora sin precedentes, en todos los niveles de la vida. Hoy hay menos pobreza, menos desnutrición, menos analfabetismo, menos violencia, menos explotación laboral. Lo bueno es mucho más, en cantidad y en trascendencia, aunque destaque más lo malo…”.

Momento de la intervención del Padre Ángel / Antonio Plaza

Pese a ello, matizaba que hay muchas cosas que mejorar, “… Pero no podemos negar, que hay muchas cosas que mejorar. Sigue habiendo guerras, crímenes, desastres naturales, pobreza, suicidios, esta España nuestra uno de los países en los que más suicidios hay, 10 suicidios al día. Y esta realidad dolorosa está ahí. La diferencia es que, a pesar de ser mucho menor que hace 50 años, somos mucho más conscientes y ello gracias a los medios de comunicación. Siempre ha habido males, lo que ocurre es que antes no eran tan visibles…”.

En cualquier caso se quedaba con la parte positiva de la situación, la reducción de esas situaciones a un ritmo asombroso, “… La gran diferencia la marca el hecho de que estas desgracias se están reduciendo a un ritmo asombroso. Hemos progresado más, en los últimos 100 años que en los primeros mil años. La pobreza, la desnutrición, la explotación laboral, el analfabetismo, entre otras muchas cosas, están desapareciendo, reduciéndose mucho más. Queda mucho por hacer, pero permitidme que os muestre que el mundo de hoy es ya mucho mejor, ya, que el que la mayoría cree. No me gustaría que creyeran que soy un entusiasta y un cura que vive lejos de la sociedad y la actualidad. Soy consciente de que aún queda mucho que hacer a lo largo de todo el planeta. A pesar de esta realidad, me atrevo a decir que el mundo es mucho mejor ahora… Y que va a seguir mejorando con el tiempo…”.

Se mostraba confiado con la preparación y capacidad de las muchas personas implicadas en todo tipo de organizaciones, “… Cuando, a veces, nos preocupa que mundo vamos a dejar a nuestros niños, tendríamos que preguntar mejor ¿Qué niños vamos a dejar a este mundo? Lo dice alguien que ha visto en sus propios ojos las peores calamidades que el ser humano podría soportar (Guerra de Irak, Siria, terremotos de Haití, tsunamis, muerte de niños por cáncer, situación en África…) … Ante estas situaciones, junto al dolor y el sufrimiento, hemos visto brillar la bondad humana… En medio de tantas guerras, tanta catástrofe, tanta enfermedad, tanto dolor, se puede ver el vaso medio lleno. Si reparamos en las miles de personas en ONG’s, en organizaciones que trabajan por hacer un mundo mejor…”.

Señalaba como otra prueba de incremento de la calidad de vida, es el incremento de la esperanza de vida, “… El aumento de la esperanza de vida, desde mediados del siglo XX, es un dato revelador de que el mundo va mejor. En apenas cuatro décadas ha pasado de los cincuenta años de media a los setenta. En todos los continentes, tanto en los pobres como en los ricos. Si tenemos en cuenta que en 1.800 la esperanza de vida era de treinta años, el avance ha sido superior, y la idea equivocada, de que el mundo va peor, es muy difícil de sostener. No debemos de subestimar las tragedias de las sequías y de las hambrunas, que están teniendo lugar ahora mismo. Sin embargo, el conocimiento de las tragedias del pasado, deberían de ayudarnos a todos a ser más conscientes. En España estamos mucho mejor que nunca, nuestra esperanza de vida está mejorando, en el último siglo, a un ritmo de cuatro años por década. En la actualidad, los españoles vivimos una media de algo más de los ochenta años, situándonos como el cuarto país más longevo del mundo. En todo el mundo, este aumento de la esperanza de vida está generalizado. De hecho, las muertes se han reducido en un 15 % en los últimos 15 años. A la vez que la esperanza de vida no para de aumentar, el descenso de la mortalidad infantil es imparable. Vivimos más tiempo porque tenemos más acceso a los alimentos. En los últimos sesenta años el porcentaje de la población mundial que sufre desnutrición ha pasado del 50 % al 10 %, sigue siendo, sin duda, muy elevado. Hay hoy 800 millones de personas que pasan hambre, según Manos Unidas, y hay mucho que hacer, pero el avance es increíble… Según el informe de la riqueza mundial de 2.017, tras el inicio de la crisis de 2.007, la riqueza mundial ha aumentado un 27 %. Junto a la riqueza, aumenta el Producto Interior Bruto, y, sin duda, todos somos conscientes de cómo se puede vivir mejor…”.

Como conclusiones, también en clave positiva, terminaba diciendo, “… Nunca, en la historia de la humanidad, hubo tanta solidaridad. Cuando hay estas catástrofes (11 M en Madrid, Barcelona, Banco Solidario, Banco de Alimentos, Mensajero de la Paz), muchas veces tenemos más voluntarios que usuarios… Por eso, yo me atrevo a decir, que vivimos unos años felices y preciosos… Merece la pena, todos queremos ser mejores y lo somos. De hecho, los niños y jóvenes de hoy, son mucho más solidarios que antes. Debemos de dejar de preocuparnos por el que serán los niños en el mañana, ellos serán mucho mejores de lo que hemos sido nosotros o de lo que fueron nuestros padres. Hoy casi el 50 % de los niños que hacen la primera comunión eligen donar sus regalos para otros niños, para los que ni siquiera pueden celebrar este acto. Y por eso, a uno le llena de optimismo, si estos son los hijos que tenemos hoy, no me imagino como serán cuando lleguen a la vida adulta…”.

La última intervención corría a cargo del alcaldede Bedmar-Garcíez, Juan Francisco Serrano / Antonio Plaza

El acto se cerraba con la intervención del alcalde de Bedmar-Garcíez, Juan Francisco Serrano, que agradecía la presencia del Padre Ángel, y la masiva respuesta, con su presencia, de los vecinos y vecinas de la localidad, “… Quiero agradeceros esta calurosa bienvenido que le hemos dado a nuestro querido Padre Ángel… Una visita, y ese vídeo, sobre todo nos tiene que llevar a aprender. Yo le decía a Julio que nos trajese al Padre Ángel, porque era el testimonio de la lucha contra la pobreza. Todavía nos queda mucho que ver, porque lo que no se ve también existe. Quiero darte, solamente, una cosa, las gracias, por estar hoy aquí, por abrirnos los ojos de lo que hay en el otro lado… Otro mundo, seguramente, va a ser posible, estoy convencido, porque vienen mejores personas… Darte las gracias. Bedmar es esto, hombres y mujeres, honestas, sencillas, solidarias, que con lo poquito que tenemos, que es este calor humano, te lo dan. Gracias por dejarnos ese testimonio, lo cogeremos para intentar luchar en lo que se pueda, porque hoy vamos a seguir trabajando para que esto sea posible…”.

 
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