Dinamitar el edificio de Gesa
A todos los efectos, sería preferible dinamitar el edificio de Gesa antes que contemplar su creciente deterioro

"La línea roja" de Matías Vallés (25/03/19)
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Palma
El Pacto de Progreso llegó a Cort con la promesa de dinamitar el Palacio de Congresos, ni más ni menos.
Primero se rebajó esta vocación explosiva a la convocatoria de un referéndum, que nunca tendría lugar.
Finalmente, los líderes del Pacto acudieron en tropel a la inauguración de un adefesio que hipoteca a perpetuidad la fachada marítima de Palma.
Si quieren, repetimos el relato con respecto a la voladura anunciada de Sa Feixina. Mismo desarrollo, mismo final frustrado.
El Ayuntamiento de Palma salva todo lo que venía dispuesto a derribar, y ya pueden imaginarse que este comportamiento implica una viceversa.
En efecto, la izquierda se comprometió a salvar el edifico de Gesa del arquitecto Ferragut, que presenta un estado deplorable en una ciudad que no se caracteriza por un excesivo respeto a sus edificios singulares.
A todos los efectos, sería preferible dinamitar el edificio de Gesa antes que contemplar su creciente deterioro.
Si no fuera porque la desaparición conllevaría la construcción de otro monstruo en el solar vaciado.
Gesa manifiesta los incumplimientos del Pacto en Cort. El sueño inconfesable del alcalde Noguera y su equipo consiste en despertar una mañana y que el paralelepípedo ya no esté ahí.
Mientras tanto, maquinan allí un segundo Palacio de Congresos, que también inaugurarán. Si el electorado se lo permite.




