Comienza el juicio con jurado a los presuntos asesinos de Pablo Podadera

Málaga

En medio de una gran expectación ha comenzado el juicio a los dos acusados de matar a Pablo Podadera en 2017 a las puertas de una discoteca de la capital malagueña. Los once miembros del jurado han escuchado esta mañana las conclusiones iniciales de cada una de las partes.

Para la Fiscalía y la acusación particular que representa a la familia del fallecido los hechos sucedieron el 21 de abril de 2017. Pablo cumple 22 años y sale con sus amigos a celebrarlo. Ya de madrugada a las puertas de un local de copas en el centro de la capital malagueña intenta mediar en una pelea. Entonces, de forma repentina, por detrás y sin darle oportunidad de defensa los dos acusados, dicen las acusaciones, la emprenden a golpes con el joven al que propinan varios puñetazos en la cabeza, lo tiran al suelo y lo acometen a patadas. Los dos autores, amigos, uno de ellos boxeador. La autopsia revela que la contundencia y destino de los puñetazos provocaron al joven una hemorragia cerebral masiva.

El ministerio público y la acusación particular consideran que los dos acusados son culpables de un delito de asesinato. La Fiscalía pide 18 años de cárcel para cada uno de ellos, los abogados de la familia 20 años de prisión.

En esta primera jornada también han expuesto sus conclusiones las defensas de los dos procesados. No niegan que agredieran a Pablo pero sí rechazan varios extremos de las acusaciones. Para empezar niegan que los acusados tuvieran intención alguna de matar a Pablo, incluso que pudieran prever que podrían matarlo con los golpes. Ni fueron tantos puñetazos, ni completamente de espaldas, ni con la contundencia que dicen las acusaciones. En definitiva mantienen que fue una pelea callejera con un resultado fatal tras una noche en la que los acusados tomaron alcohol y drogas. Para las defensas los procesados son culpables de un delito de lesiones en concurso con otro de homicidio imprudente por lo que solicitan que la pena de cárcel no vaya más allá de los dos años.

En el banquillo de los acusados se sientan otros dos procesados, un tercero está huido de la justicia, en este caso por, presuntamente encubrir a los agresores la noche de los hechos. Dice la acusación pública que en un primer momento los dos acusados de la agresión consiguieron eludir la acción policial gracias a que tres amigos los encubrieron en las primeras horas. Entre ellos el portero del local y otros dos amigos que estaban con los supuestos autores de la agresión esa noche. Los ocultaron y los avisaron de los movimientos de la policía para que lograran escapar. Cada uno de los presuntos encubridores se enfrenta a dos años de prisión, sus defensas han negado todos los extremos y más bien al contrario han resaltado que los dos procesados presentes por estos cargos se presentaron voluntariamente ante los agentes y colaboraron con la policía.