El drama de tener dinero y no poder gastar

Aranda de Duero

Los remanentes de tesorería se quedan cortos para asumir los gastos ya comprometidos por el ayuntamiento de Aranda en el presente ejercicio. Y es que después de que no saliese adelante el proyecto de presupuestos municipales del equipo de gobierno para 2019, la prórroga de los de 2018 obliga a emplear los remanentes para asumir los compromisos que el ayuntamiento ha contraído previamente o a los que se ve avocado por leyes nacionales. Según los datos a los que ha tenido acceso la Cadena SER incluso contando con toda la cantidad disponible faltarían más de 800.000 euros para afrontar los pagos comprometidos

Una de las diferencias mayores entre el pasado ejercicio presupuestario y el de este años afecta al capítulo de personal: el Ayuntamiento de Aranda se encuentra con que no le vale aplicar las mismas partidas ya que tiene que aplicar la subida salarial cercana al 2,5% aprobada por el Gobierno de la Nación y que incrementa la partida en más de medio millón de euros.

A ello se suman las anualidades correspondientes a proyectos como la nueva sede de la policía local, la urbanización de El Picón, las pistas de atletismo, la Banca Pecho y la rehabilitación de la antigua estación Chelva, además de otras cantidades menores derivada de obras aún no liquidadas, facturas pendientes de sentencias con las que hay que cumplir, lo que sitúa estos compromisos en unos dos millones y medio.

Lo habitual en estos casos es cubrir estas diferencias acudiendo a los remanentes, es decir el superávit con el que finalizó el pasado año y que es un dinero del que disponen las arcas municipales por no haberse empleado durante 2018 en las partidas para las que estaba previsto. A falta de confirmar la cantidad exacta, los remanentes de tesorería para gastos generales rondarán los ocho millones de euros, de los que en la práctica solo se puede contar con unos 2.000.000, porque los otros seis millones se reservan para garantizar el mantenimiento de servicios básicos contratados o el pago de actuaciones iniciadas el pasado ejercicio pero que aún están sin finalizar. El desfase de esta cantidad con los gastos comprometidos (personal, obras plurianuales y otras facturas y gastos pendientes) es de unos 800.000 euros.

El concejal de Hacienda, Emilio Berzosa, está a la espera de contar con las cantidades concretas para valorar en qué medida puede paliarse este déficit con aquellas cantidades que también estaban previstas en 2018 y que no son necesarias este año, aunque recuerda que ya advirtió durante el pleno en el que quedaron sin aprobar los presupuestos de que el ayuntamiento podría vivir una situación delicada si no salían adelante

El concejal de Hacienda tiene previsto convocar una comisión de Hacienda esta misma semana para plantear posibles salidas a esta situación. En principio lo más directo (y también lo más traumático) disminuir las cantidades dedicadas a subvenciones y gastos corrientes de las concejalías para destinarlas a los pagos comprometidos. Tampoco está descartado volver a intentar aprobar los presupuestos en un próximo pleno si hubiera apoyo suficiente en la oposición.