'Sin líderes'
Vivimos, mal que nos pese, inmersos en la cultura del odio. Y frente a esta situación, los ciudadanos nos sentimos sin líderes auténticos que pongan fin a este mal sueño
Firma Emy Luna, "Sin líderes"
02:24
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/048RD010000000091554/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Algeciras
Hemos comenzado la primavera presos de ese pesimismo atroz que sólo las noticias son capaces de producir en la gente de bien. A pesar de lo que la sociedad ha avanzado, nunca antes tuvimos más certeza del retroceso que vivimos, de la violencia que nos amenaza.
Ya en 1938 un sacerdote que hablaba sobre el antisemitismo europeo, decía que "El odio es el tesoro que el hombre más ferozmente guarda; y el hombre lapida con rabia a aquellos que intentan arrebatárselo". Vivimos, mal que nos pese, inmersos en la cultura del odio. Y frente a esta situación, los ciudadanos nos sentimos sin líderes auténticos que pongan fin a este mal sueño. De hecho, somos piezas de un ajedrez gigante en manos de hombrecillos débiles. Naufragando en medio de un temporal en el que los partidos políticos prometen soluciones a conflictos que realmente, o no saben aplicar o no quieren. La Política ha cambiado y ya no podemos dar marcha atrás. Los viejos métodos para hacer Política ya no valen y los líderes actuales no saben crear unos nuevos. Y no basta con fabricar partidos a destajo en la vana esperanza de dar con la piedra de la roseta por casualidad. Muchos partidos para grandes decepciones. Y fracasan porque no piensan a largo plazo. Su único interés es ponerle un parche al último problema que surge, un vendaje provisional a la última herida. Sin miras amplias, sin plazos largos. Sin intentar crear un modelo de sociedad estable y de peso donde impere el sentido común y el identificarse con los ciudadanos de a pie. Y es que también en los políticos La empatía y la educación emocional son indispensables en la lucha contra la violencia. Ellos son los que tienen la responsabilidad de crear referentes porque son ellos los que están en el punto de mira. Pero no les conmueve la desidia que despiertan en los ciudadanos corrientes. Y mientras, la vida del hombre corriente sigue porque a fuerza de desengaño, los españoles hemos conseguido ser maestros en lo que Salvador Pániker, el filósofo, denominó "el arte de tenerse en pie en la era de la complejidad y la incertidumbre".