'Capitalismo e inmigración'
La inmigarción como motor económico
Firma Juan Barreno, "Capitalismo e inmigración"
02:21
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Algeciras
La aparición del fascismo en Europa, de la mano de Mussolini en el período entreguerras desde 1918 a 1939, dio lugar a un movimiento político nuevo donde entendían que el enemigo venía del exterior, judíos, gitanos, homosexuales, alimentado por la exaltación de dos valores como la patria y la raza. Después de la primera guerra mundial, la aparición de una ciudadanía militar, capaz de movilizar a millones de personas en favor de un partido político único, con un componente ultranacionalista que conduce a la violencia contra los que se consideran enemigos, fue fundamental para que triunfara, en un momento de la historia donde la sociedad no sabía hacia donde iba, lo que fue aprovechado por algunos dirigentes que veían peligrar la nación y ya sabemos las consecuencias que tuvo.
La evolución del nuevo fascismo en Europa con partidos de ultraderecha, como sucede ahora en España, que igualmente ven peligrar la integridad de la nación, poniendo como sus enemigos a inmigrantes, al poder igualitario de las mujeres y en el caso de España a independentistas más nacionalistas que ellos de su propio territorio, tiene en mi opinión, otro componente mucho mayor que no es otro que la insolidaridad y el egoísmo. El desarrollo del estado capitalista ha generado un aumento considerable de los ricos, que parece que no puede seguir creciendo de forma indefinida, dados los problemas financieros, económicos y sociales del propio sistema que lo impiden. Lejos de pensar que podemos ir hacia un pinchazo irreversible del estado capitalista, es más fácil echar la culpa a los que se consideran enemigos de la nación, para tratar de seguir salvando un sistema que necesita unas reformas de redistribución de la riqueza, que nadie está dispuesto a asumir, por la codicia, el egoísmo y el individualismo del ser humano.
En relación con el rechazo a los inmigrantes, en lo que respecta a nuestra ciudad, en el último censo de 2017, Algeciras tiene un total de 10.300 personas procedentes de otros países, destacando entre los más numerosos 6.300 marroquíes, 350 bolivianos, 329 rumanos, 310 chinos, hasta un total de nada más y nada menos que 103 nacionalidades diferentes. Hoy muchos de ellos que están empadronados, tienen negocios instalados entre nosotros que incluso, en muchos casos, dan trabajo a gente nacida en la ciudad. Esto debería hacernos reflexionar antes de dar opiniones falsas y xenófobas, y las autoridades políticas, tratar de no hacer un gueto en determinadas zonas de Algeciras, porque esto, guste o no guste a algunos, es la Algeciras del siglo XXI.