Valladolid Toma la Palabra aprueba su programa electoral

Valladolid

La asamblea de Valladolid Toma la Palabra (VTLP) aprobó el texto del programa para las próximas elecciones municipales del 26 mayo, que defiende una “transformación más profunda en igualdad, sostenibilidad, solidaridad y buen gobierno” en la ciudad. Aunque la organización valoró positivamente los cambios logrados de la mano de otras fuerzas políticas, junto a PSOE y Sí se Puede en esta legislatura, consideró que es en su espacio “donde reside la ambición política necesaria para liderar esa transformación, como se ha demostrado en estos años en los hitos realmente trascendentes”. El borrador está organizado en tres grandes bloques: ciudad más habitable, futuro y democracia.

No obstante, queda pendiente la elaboración del documento refundido definitivo, que llevará aún unos días, ya que varias enmiendas aprobadas han hecho referencia a la necesidad de reordenar algunos capítulos. Se hará público el próximo sábado en un acto abierto en el que participarán los candidatos de la formación.

El proceso de redacción del programa, que hoy concluyó con su presentación en asamblea celebrada en el Centro de Iniciativas Ciudadanas Conde Ansúrez, en el Barrio España, ha sido “amplio y participativo” tras iniciarse el pasado mes de octubre, con los primeros debates de carácter general, denominados ‘Valladolid 2030’, que se concretó en sucesivas propuestas de borradores presentados en asambleas a lo largo de 2019.

VTLP recordó que el cambio político de 2015 sirvió para que Valladolid revertiera el rumbo “diseñado por el PP durante dos décadas, para frenar la expansión urbanística sin límite y sin sentido, para recuperar el gasto social escamoteado con la excusa de la crisis, para realizar políticas activas de empleo, reforzar los servicios públicos o reabrir de cauces de diálogo y participación ciudadana”. “Una vez completada esa tarea, el error sería caer en el conformismo o la autocomplacencia. En VTLP no nos conformamos”, apela la formación en un comunicado.

Por ello, el programa para la etapa 2019-2023 “debe dibujar el inicio de una senda de cambio profundo para la ciudad, conjugando por un lado el pragmatismo de medir qué proyectos se pueden abordar en cuatro años, priorizando, y por otro una mirada larga, estratégica”.

Tres grandes bloques

Así, el programa se organiza en tres grandes bloques. El primero, dirigido hacia el objetivo de conseguir “una ciudad más habitable y cuidadora”. En este grupo de propuestas destacan, por ejemplo, la actuación en el antiguo convento de Santa Catalina de Siena, que permitirá acondicionar el espacio como un laboratorio ciudadano de cultura y arte, además de otros usos de carácter social.

También se plantea el impulso de las “viviendas colaborativas” para potenciar un nuevo modelo habitacional. Y un “ambicioso” plan integral de acción contra la precariedad, dirigido a colectivos en situación de vulnerabilidad y que atienda las especi?cidades de las áreas más vulnerables. A través de acciones desde ámbitos tan diversos como la formación, el asesoramiento y acompañamiento en itinerarios laborales, el arte y la cultura, la educación, el deporte, la intervención sociosanitaria y la participación activa de la población “se puede hacer frente a los grande retos contemporáneos de las sociedad urbanas”.

En el capítulo ‘Valladolid con futuro’ resalta la propuesta ‘Valladolid respira’, un proyecto para llevar a cabo un cambio estructural en la movilidad, con un propósito múltiple: “actuar frente a la contaminación para preservar la salud de las personas que viven en la ciudad”; reducir los desplazamientos en vehículo privado para disminuir la concentración de contaminantes que perjudican a la salud; recuperar el espacio público para el paseo, el juego infantil, el ocio, la cultura, el comercio, etc. Y un espacio más seguro, con menos ruidos y menos humo, “evitando las molestias provocadas por la necesidad de tomar medidas de carácter puntual cada vez más frecuentes ante altos episodios de contaminación”.

Para ello se impulsará para este mandato el estudio y desarrollo de una estrategia para implantar una ‘zona de bajas emisiones’ para reducir los niveles de contaminación. También está en este capítulo el proyecto denominado ‘Entretejer Valladolid’, que recoge 20 proyectos de obras diversas (en su mayor parte previstas y ya incluidas en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana) “para hacer más funcional y amabilizar más el espacio urbano”.

Igualmente, en este marco se encuentra también la iniciativa denominado ‘Liliput’, formada por un conjunto de políticas destinadas a fomentar la economía local a pequeña escala, con especial atención al comercio de proximidad y a la economía social. Pretende fomentar estrategias de cooperación entre los actores económicos de menor tamaño y de carácter local para que sean capaces de generar una alternativa a los grupos empresariales de gran tamaño. Dentro de él estarían planes ya en marcha, como la Estrategia Alimentaria.

Por último, en el capítulo de ‘Ciudad democrática’ se prevé el proyecto de ‘Valladolid abierta’, que incluiría un nuevo reglamento de participación ciudadana que atendería, por ejemplo, a la necesidad de garantizar el posible voto presencial. A la vez se llevaría la puesta en marcha de un sistema de participación digital basada en tecnología móvil que permita la generación de debates ciudadanos.

En segundo lugar, un proyecto de ‘plazas vivas’, por el cual se habilitará aún más el espacio público para la participación ciudadana, creando en varias plazas de la ciudad programas que doten de vida comunitaria a estos espacios, con una “constelación de ágoras”, de plazas vivas y abiertas que promuevan la interacción social y la construcción colaborativa de nuevas realidades. Para concluir, también destaca la propuesta de elaborar un protocolo de prevención y actuación frente a agresiones y acoso sexual en espacios de ocio nocturno y un plan de acción participado para reducir los espacios de miedo en la ciudad.

Control del coste

VTLP anunció que ha redactado su programa con una estimación del coste de los proyectos y actuaciones planteadas. Así, todas ellas se proponen “controlando el coste y las posibilidades reales de actuar, priorizando las intervenciones”.

En el caso de los grandes contenedores, se plantea actuar fundamentalmente en tres de ellos, situados en distintos lugares de la ciudad: la parcela del antiguo convento de las Santa Catalina de Siena, la recuperación de la Azucarera Santa Victoria, que podría albergar asociaciones y entidades ciudadanas, y el cuartel de San Quintín (ahora denominado San Isidro), como enclave dedicado a la potenciación cultural y social, para ubicar allí ‘naves culturales'.