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Copa Rey 2019

Alicante, a la altura de los grandes eventos nacionales

El Barça Lassa conquista su vigesimotercera corona y la sexta consecutiva al vencer en la final a Liberbank Cuenca (34-18) en su primera participación en la fase final del torneo del KO

Raúl Entrerríos, ante Liberbank Cuenca / Jose Fco. Martínez

Alicante

Es un tópico afirmar que tras los eventos toca analizar y evaluar. Y tras esta fantástica Copa del Rey que hemos podido disfrutar en Alicante, es momento de hacer balance.

Balance de una competición que ha sido un éxito a nivel organizativo. Tuve la suerte de disfrutar dos Copas del Rey (Altea en 2007 y Torrevieja 2012), y fueron dos magníficos eventos disputados en dos fabulosas instalaciones, el recién inaugurado para entonces Palau de Altea, y el Palacio de los Deportes de Torrevieja (una instalación sencillamente fabulosa), respectivamente. Dichos eventos fueron un auténtico espectáculo, pero esta Copa ha estado un escalón por encima en cuanto a aspectos organizativos.

Para empezar, la instalación, nuestro querido Pitiu Rochel, un pabellón que ha visto grandes gestas del balonmano alicantino, y que ayer, en la previa, muy acertadamente, se homenajeó a nuestro querido y admirado Calpisa, cuyos integrantes fueron ídolos de tantos y tantos alicantinos y de fuera de Alicante. El Pitiu rebosaba estos días balonmano masculino de clubes de élite por los cuatro costados, y eso hacía mucho tiempo (demasiado) que no ocurría en nuestra ciudad.

Los cuartos de final comenzaron con un Logroño-Guadalajara, en el cual los franjivino se impusieron con claridad. Me sorprendió el siguiente cruce de cuartos, no la victoria de Granollers, sino la facilidad con la que lo consiguió, con ventajas muy amplias durante buena parte del partido.

El partido de la jornada de cuartos para mí fue el Bidasoa - Cuenca. Partido de poder a poder en el que la balanza se decantó para los conquenses por los detalles mínimos, factores con los que se deciden los partidos de este calibre. No bastó la calidad superlativa de Kauldi Odriozola (vaya calidad de zurdos tenemos en el balonmano español) ni de otro chaval, un central riquísimo tácticamente como es Jon Azkue, ni la profundidad de banquillo del Bidasoa, con prácticamente dos jugadores de calidad por puesto para doblegar a los conquenses, llevados en volandas por su incansable afición. Como suele pasar, las porterías deciden este tipo de partidos, y fue Leo Maciel quien bajó la persiana y apareció cuando tenía que hacerlo. Fue en este partido cuando se empezó a ver al, para mi, entrenador de la Copa, que no ha sido otro que Lidio Jiménez, muy bien secundado por Rafa López.

Pese a tener dos bajas vitales en una plantilla corta (otra maravilla de central joven llamado Xavi Castro y su lateral derecho titular Pablo Vainstein), Lidio y Rafa han sabido rotar y dosificar a su plantilla de tal forma que han conseguido llegar a la final doblegando a dos de los equipos punteros de la liga Asobal (Bidasoa en cuartos y Granollers en semifinales). Y ya en cuartos se vieron detalles importantes del equipo de la ciudad de las casas colgantes, como por ejemplo lo bien que se han desenvuelto con un diestro en el lateral derecho, así como la alternancia entre un central eléctrico como Natan Suárez, y un central veterano, táctico como Óscar Río según lo que necesitaban los diferentes partidos. Ambos centrales han estado muy bien secundados por el resto del equipo, los laterales Leonardo Dutra y Thiago Alves Ponciano, sus fantásticos finalizadores en los extremos, y los pivotes que tan buen trabajo han realizado.

Pero si por algo decantó la balanza Cuenca frente a Bidasoa y frente a Granollers fue por la intensidad y agresividad defensiva y su perfecta combinación con la portería. Una defensa 6:0 muy bien trabajada, con David Mendoza, Martín Doldán, Lucas Moscariello y Thiago Alves Ponciano en zona central, los cuales tenían muy claro su trabajo. La profundidad defensiva era clave, la cual se vió ayer en la final hasta que el Barça quiso y al Cuenca le duró la gasolina. Ver a estos defensores anticiparse a las trayectorias al centro de los fantásticos laterales N’ Guessan y Dika Mem, así como la buena cobertura atrás de los pivotes barcelonistas dice mucho en favor del trabajo de todo el equipo conquense.

Pero volviendo a los cuartos, tras el Bidasoa - Cuenca, llegó el turno del Barça Lassa frente al Ángel Ximénez Puente Genil. Partido en el que los pontaneses plantaron cara hasta que el Barça metió la sexta velocidad (que maravilla de transiciones de contraataque en primera, segunda y tercera oleada hacen, no hay otro equipo en el mundo, bajo mi punto de vista en la actualidad que lo haga igual o mejor). Aún así se vio una gran defensa 6:0 pontana, con el incombustible Juan Antonio Vázquez Diz “Chispi” liderando su equipo en zona central.

Ya el sábado en semifinales se vieron dos muy buenos partidos. El Granollers - Cuenca me dejó varias lecturas. Por un lado lo ya mencionado de Cuenca, pero por otro el Granollers. Echó de menos a sus centrales, Pol Valera no estuvo, Borja Lancina está lesionado e Ian Tarrafeta, una de mis debilidades, salía de lesión y estaba muy falto de rodaje. Se tuvo que recurrir al excelente cañonero de La Llagosta, Antonio García Robledo, pero no es un central puro, y eso se notó. Cuenca hizo su trabajo y solventó el partido con dificultades, pero con rigor y oficio (Óscar Río tiene buena culpa de ello).

El equipo que tiene central, tanto en la pista como fuera de ella es Logroño. Se comentaba que esta temporada no harían buena campaña por el relevo generacional, pero nada más lejos de la realidad. Miguel Ángel Velasco, fantástico central del mítico Valladolid de Juan Carlos Pastor, el cual ha coincidido con grandes centrales como Chema Rodríguez y Marc Amargant (éste ya en Logroño) dirige magistralmente a Logroño, siguiendo las pautas de Juan Carlos Pastor y su mítico Valladolid, y que tanto brilla ahora en Hungría con su Pick Szeged.

Dispone de un central jugón como Lazar Kukic, dos laterales cañoneros (Garciandía y Juan del Arco), y buenos finalizadores en extremos y pivotes. Todo ello sumado a un trabajo táctico colectivo impecable, limando los pequeños detalles y las tomas de decisión hacen que el relevo generacional prácticamente no se note. Plantaron cara al Barça Lassa en la semifinal haciendo un papel más que digno y obligando al campeón a esforzarse bastante más.

Y por último la gran final, un partido que duró más o menos igualado hasta que el Barça Lassa quiso. Quizás es cruel afirmarlo de esta manera tan contundente, pero es la cruda realidad. No por ello hay que quitar ni un ápice de mérito al Cuenca, más bien todo lo contrario, pero el Barça está en otra liga.

Si además de disponer de una fabulosa plantilla, con un fondo de armario prácticamente inacabable, tienes un entrenador como Xavi Pascual que los rota de forma impecable, y una preparación física envidiable, la combinación de estos factores los convierte en lo que son, un equipo Top mundial. Y no sólo en calidad, sino en actitud, ver a un equipo de súper estrellas, que aún con marcador abultado a su favor, mantienen la intensidad y la concentración debe servir como reflejo a nuestros balonmanistas de base para aprender de ellos. Ahora llega su momento cumbre de la temporada con los cuartos de final contra el Nantes (ojito a este equipazo) y su posible pase a la final a cuatro en Colonia.

En resumen, un espectáculo magníficamente organizado. Gracias y enhorabuena a Federaciones (valenciana y española), Asobal, patrocinadores, Ayuntamiento y demás instituciones por habernos dado la posibilidad de todo lo vivido y por tan excelente organización.

Y por supuesto, gracias a jugadores, entrenadores, médicos, fisios, directivos, delegados, etc. y clubes participantes.

 
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