Con la vista puesta en el cielo

Palencia

Después de un invierno más seco de lo normal, las lluvias de estos primeros días de abril, han despertado una notable preocupación entre los cerca de cuatro mil cofrades palentinos, a los que inquieta una posible Semana Santa pasada por agua.

De hecho, ayer mismo, los hermanos del Santo Sepulcro veían cómo todos sus preparativos se iban al traste por un chubasco de abril que les impedía trasladar su imagen titular desde su sede en la calle Lope de Vega hasta la Catedral.

Ha sido la primera cancelación de una Semana Santa que oficialmente comenzó el pasado viernes, con la lectura del pregón por parte del sacerdote Miguel de Santiago, y esperemos que no se produzcan más.

Aún es demasiado pronto para que haya previsiones meteorológicas fiables, aunque los avances que se han podido conocer apuntan a que las temperaturas serán agradables, por encima de la media habitual, y con un nivel de lluvias que estará por debajo de esas medias, lo que no significa, sin embargo, que no pueda llegar a llover.

Sería una lástima, desde luego, para una ciudad que se encuentra totalmente inmersa en la organización de una celebración que ha sido declarada fiesta de interés turístico internacional, una distinción que no ha resultado fácil de obtener y que evidencia el valor, la belleza, la solemnidad, la devoción y el recogimiento que imperan en la Semana Santa palentina.

La primera de las procesiones se celebrará este Viernes y habrá un nuevo desfile al día siguiente, Sábado de Pasión. Se trata de dos procesiones de reciente creación, que sirven como actos penitenciales y de preparación espiritual, de cara al verdadero comienzo litúrgico de la Pasión de Jesús, la entrada en Jerusalén subido a la borriquilla y recibido entre palmas y ramos de olivo.

Con el paso de los años, esta procesión del Domingo de Ramos se ha convertido en una de las más esperadas de toda la Semana Santa, y posiblemente sea la más multitudinaria, con una elevada participación de cofrades, especialmente niños.

Las nueve cofradías palentinas han reservado para este año 1.500 palmas que teñirán de amarillo las calles más céntricas de la ciudad. Eso siempre que no llueva. Miraremos hacia el cielo a ver si nos deja disfrutar de nuestras procesiones de Semana Santa.