Declaran culpable al acusado de matar a Cristina Martín en Mora
El juicio por este asesinato ocurrido en 2017 en Mora comenzó este lunes en la Audiencia Provincial de Toledo
La víctima sufría la enfermedad conocida como "huesos de cristal" que le hacía tener una minusvalía del 85 por ciento
Toledo
El juzgado popular que desde este lunes juzga al acusado de matar de dos cuchilladas a su mujer en la localidad toledana de Mora en febrero de 2017 han declarado por unanimidad a este hombre culpable y han concluido que Cristina Martín, aquejada de la enfermedad "huesos de cristal, era una persona vulnerable que no tuvo oportunidad de defenderse.
Los nueve miembros del jurado han estado de acuerdo en que el acusado se molestó cuando su mujer entró en el dormitorio en el que estaba para ir al baño --el único adaptado que había en la vivienda-- y al salir se enfadó con ella, le insultó y le dijo que iba a coger un cuchillo y la iba a matar.
Asimismo, consideran que el acusado no tenía ninguna enfermedad psíquica ni tenía disminuidas sus capacidades mentales y que la mujer, después de 11 años de convivencia, no esperaba el ataque.
No obstante, los integrantes del jurado no han estado de pleno acuerdo en que la agresión cometida contra su mujer sea violencia de género, pues dos los nueve miembros no han considerado que se produjese en una situación de predominio del hombre sobre la mujer.
Este hombre, de origen canario, conoció a Cristina a través de Internet y se trasladó al municipio toledano para iniciar una relación sentimental con Cristina y casarse, más tarde, con ella. Durante su declaración ha dicho que no justifica lo que ocurrió ese 5 de febrero de 2017, hechos, que ha calificado de "error garrafal",por el que merece "estar en la cárcel de por vida".
"Pero las cosas no pasan porque sí", ha explicado el acusado dirigiéndose a los cinco mujeres y cuatro hombres que conforman el jurado popular que le juzgará hasta el próximo jueves en la Audiencia Provincial.
Asimismo, ha admitido que en todo momento era consciente de que si tocaba a su mujer se desmayaba a causa de la enfermedad que padecía y ha insistido en que discutió con ella, aunque no recuerda el detonante, antes de ir a la cocina a coger un cuchillo y "pasó lo que tenía que pasar". "Fue un calentón del momento que no tenía que haber pasado", ha admitido.
Tras explicar que vivía con sus suegros y su cuñada, porque la enfermedad de Cristina -- huesos de cristal-- hacía que no pudiera quedarse sola en ningún momento, ha relatado que cuando llegó a Mora la relación era buena y que empeoró cuando su suegro, que gestionaba una empresa de distribución de bebidas, se jubiló y puso la empresa a su nombre. "Pero era una ruina y me obligaba a fiar dinero a los clientes y a hacer chanchullos".
"Confabulaba --ha dicho en alusión a su mujer-- con su madre y su hermana, que son dos artistas, para que yo me fuera a Canarias y dejara a mi hija con ellos, porque se creen superiores a mí, que vengo de una familia humilde", ha denunciado el acusado, que ha admitido que tuvo ganas de marcharse y "mandar todo al traste" cuando la relación empeoró y él dejó de ir a trabajar al negocio familiar.
El abogado del acusado ha advertido a los integrantes del jurado que va a insistir en que su defendido tenía depresión y cuando cometió los hechos "no era dueño de sí", el procesado ha admitido no saber por qué, de forma previa al asesinato estuvo unos 25 días ingresado, en dos clínicas psiquiátricas "porque no sabe lo que le dijeron".
NO PADECÍA NINGUNA ENFERMEDAD MENTAL
Los médicos forenses que realizaron el informe de imputabilidad del acusado, tras la entrevista que tuvieron con él en prisión siete meses después de matar a su mujer, como las psiquiatras que lo atendieron antes de que sucediera el hecho juzgado coincidieron en asegurar que el acusado no presentaba ningún signo de patología psiquiátrica que le impidiese comprender lo que estaba haciendo ni poner freno a su acción.
Tan solo certificaron que tenía depresión, en algunos momentos severa, pero en cualquier caso insistieron en que esta enfermedad no cursa con episodios de agresividad ni justifica la agresión que cometió.
Tanto el Ministerio Fiscal como las dos acusaciones particulares --ejercidas por los padres y la hermana de la fallecida-- y la popular --efectuada por la Junta de Comunidades--, han mantenido en sus conclusiones la petición de prisión permanente revisable para el acusado, al considerarle autor de un delito de asesinato con alevosía de género, convivencial y el agravante de parentesco.
Mientras, el abogado de la defensa ha pedido 13 años de prisión por un delito de homicidio, pues entiende que no se trata de asesinato porque el ataque no fue sorpresivo, ya que tanto la víctima como su madre tuvieron tiempo tanto de pedir ayuda como de huir.
Niega que en la muerte de Cristina exista dominación machista, pues no hay ninguna prueba de maltrato y todos los familiares han atestiguado que el acusado. era “bueno” con su mujer. En favor de su representado, y como atenuante de los hechos juzgados, también ha alegado que ha reconocido los hechos y que se entregó a la Guardia Civil.