Goleada para la esperanza

Irun

El Real Unión no está muerto. Quiere estar vivo. Quiere mantener la categoría en Segunda B y evitar así el desastre que sería el descenso a Tercera división. Lo demostró cuando peor pintaban las cosas, con una goleada de esas que permiten creer en que todavía es posible, que dan esperanza, y que debe servir para levantar la moral de un grupo muy golpeado durante toda la temporada, pero que ni mucho menos ha dicho la última palabra y ha bajado los brazos.

El triunfo contra el Langreo en el Stadium Gal, cómo se produjo y las sensaciones que dejó, debe permitir a todo el mundo recobrar la fe. Pasó literalmente por enci,a de su rival, en el día en el que la afición unionista volvió a responder a la llamada de auxilio de jugadores, cuerpo técnico y directiva. No son los más ruidosos, a vecese se les echa de menos en Gal, pero cuando se les necesita, siempre están, siempre acuden. Y eso que este año el equipo le ha dado muy poco, y la directiva se ha olvidado completamente de su masa social. Hasta que se han acordado de ellos en las malas, cuando más se necesita el calor de tu gente. Y entonces, sí, entonces pides que Irún vuelva a ser txuri-betlz. ¿Y el resto de la temporada? ¿No importaba? ¿No era necesario?

Habrá que suponer que esas preguntas deberán tener su debida respuesta al finalizar la temporada. Y habrá que convenir entre todos que ahora importan poco. Lo importante es que Irún volvió a responder, como hace siempre con su Real Unión. Muchos o pocos, estuvieron en el Stadium Gal y no pararon de animar. Marcaron el primer gol al Langreo. Luego llegarían los de Yoel Sola, Urkizu, Asier Etxaburu y Ekhi Sennar, en una de las actuaciones más completas del Real Unión este año. Fueron mejores de principio a fin, bien en defensa, mejor en ataque. Ya era hora, todo hay que decirlo. Con ese equilibrio que desde su llegada busca Iturralde.

El entrenador de Astigarrada ya sabe lo que es ganar como técnico del primer equipo irundarra. Y aunque todavía sigue en el puesto de promoción de descenso a Tercera, ha salido del descenso, se ha colocado empatado a puntos con el equipo que marca la salvación y a tres puntos de dos rivales, ha metido a más equipos en el jaleo, y el futuro se ve con más optimismo. Pero ahora no hay que frenar, hay que acelerar para solucionar el desaguisado cuanto antes y respirar aliviados. Y la próxima temporada será otra historia. Pero todo en este club bien merece y necesita una reflexión profunda. Porque sino será poner un parche a una herida que acabará matando al histórico club irundarra.