Redes, elecciones y votos
La campaña electoral se juega también en las redes sociales. Y los partidos políticos y los candidatos se vuelcan en ellas. Los programas electorales se simplifican y se adaptan a los tuits, y también surgen prácticas como el 'Astroturfing', una vuelca de tuerca en la desinformación
Zaragoza
La campaña electoral se juega también en las redes sociales, en las que también se vuelcan - cada vez más - los partidos políticos y los candidatos. Este uso también tiene su lado oscuro, como el llamado 'astroturfing', que trata de polarizar el debate de forma articial, una vuelta de tuerca a la desinformación (es decir, las mal llamadas 'fake news').
Las redes sociales son una extensión de nuestra vida, las llevamos en nuestra mano, en nuestro móvil, y llegan directamente al usuario (en este caso, al votante). La clase política las está utilizando de forma muy activa, sobre todo, Twitter.
"Desde hace unos cuantos años los políticos, en general, se dieron cuenta de que era una herramienta perfecta para captar votos y para difundir sus mensajes", explica Carlos Seisdedos, responsable de ciberinteligencia de ISEC Auditors, que participa ayer, sábado, en el Congreso de Ciberseguridad CONPILAR en Etopía, en la charla "Twitter, la máquina de captar votos". Por eso, "muchas veces nos enteramos de dimisiones o de actos concretos de campaña en un tuit de un partido o de un político".
Los mensajes y las ideas se simplifican - ya que se ajustan a la extensión del tuit - y se difuminan así los matices y los grises. Es en esta red, en Twitter, donde se desarrolla el 'astroturfing', una técnica que consiste en crear una campaña ficticia de opinión para cambiar tendencias en la opinión pública, con el envío de mensajes para generar polaridad.
Por ejemplo, "justo después de cuando hay un mitin o durante una emisión televisiva, nos encontramos con campaña muy fuertes en diferentes redes sociales", explica Seisdedos. Específicamente en Twitter, "se puede comprobar cómo muchos de los usuarios, que realmente estaban tuiteando teóricamente sobre un partido político o sobre un candidato, realmente no eran reales, eran falsos". De ahi, "la importancia de saber detectarlos y combatir ese mensaje".
La difusión cambia en WhatsApp: al ser una esfera más privada, se gana en confianza porque "para poder difundir un mensaje a una determinada persona necesitamos tener acceso a su teléfono y, en el momento en el que se hace un mensaje viral es complicado el poder contenerlo y es difícil que nadie pueda pararlo, al contrario que Twitter u otro tipo de red social, que sí que se puede intentar hacer esfuerzos para controlar ese tipo de 'fake news' o cuentas que son falsas", continúa Seisdedos.
Ante estas desinformaciones, este especialista recomienda utilizar el sentido común, no quedarse en el titular (que suelen tender a la polaridad y a llamar la atención), verificar de dónde procede la imagen o el texto y leerlo íntegramente, porque contrarrestar este tipo de mensajes falsos es complicado.