Las puertas de Madrid

La literatura legendaria ha hecho ver un origen romano en la ciudad de Madrid. Sin embargo, la arqueología ni la historia como ciencias han podido demostrar nada de esto. Por el contrario, sobre el origen mitológico de la antigua Puerta de Guadalajara que se decía romana, ya Ramón Mesonero Romanos señaló en el siglo XIX que de clásico no tenía nada y que el origen de la ciudad era completamente medieval.

Una villa amurallada

Las murallas de la ciudad musulmana contaban con numerosas puertas, verdaderos arcos enormes que daban acceso al interior de la villa. El propio crecimiento urbanístico hizo que muchas de ellas desaparecieran a lo largo del siglo XIX o que quedaran como simples monumentos de un eco pasado. El nombre que portan algunas de ellas Toledo, Guadalajara, Alcalá… nos están hablando de los destinos a los que conducían los caminos que salían de ellas. Al ser un lugar de tránsito, el peligro de servir de punto de acceso para ladrones y malhechores hacía que muchas de ellas se clausuraran a determinadas horas, especialmente por la noche. De ahí por ejemplo el nombre de la plaza de Puerta Cerrada que hace referencia a una que se caracterizaba por estar siempre cerrada por estas circunstancias. Sin embargo, las más transitadas funcionaban en ocasiones como puntos fronterizos en donde se cobraban impuestos para las materias que no fueran de primera necesidad que se querían hacer entrar en la ciudad. Si quieres conocer más sobre las puertas de la villa de Madrid, te aconsejo que escuches el podcast en el que colabora Alfredo Alvar, profesor de investigación del CSIC y una de las personas que mejor conoce el mundo del Siglo de Oro.