Miguel Gómez Losada: "La práctica de la pintura es el antídoto a nuestro tiempo"

Córdoba

Desde que está conversación radiofónica con Miguel Gómez Losada se produjo en directo en Hoy por Hoy Córdoba el pasado martes 16 de abril hasta que ahora se puede volver a escuchar aquí han envejecido algunas cosas. El pintor hacía una breve reflexión sobre la Semana Santa que ahora parece caducada, no por falta de vigencia de lo que dijo sino porque el tiempo de la pasión ya pasó, y ahora toca otra cosa, ¿no? El paso del tiempo, la escasa vigencia de la actualidad, es lo que le lleva al pintor a huir de ella y apostar por aquello “que se sostenga en el tiempo, que venza a la muerte”. “La actualidad ya la cuentan los periodistas”, afirma.

¿Y cómo sustraerse a un tiempo de vértigo como el que vivimos? Miguel Gómez Losada lo tiene claro: “La práctica de la pintura es el antídoto”.

Y su pintura sumerge los pies en la infancia, si es que ésta no embadurna también la mitad del cuerpo, e incluso el pecho y las manos. En esta ocasión, proyectando un camino que recorre desde anteriores exposiciones, la Galería Birimbao acoge una muestra con 18 obras de distintos tamaños en los que uno encontrará a simple vista arquitecturas y figuras humanas que nos evocarán un punto cardinal: el norte.

Una mirada más profunda. No es un norte concreto, sino “fantasioso”. En ese punto, Gómez Losada hace confluir “nostalgia y esperanza”. “Cuando uno piensa en la lejanía no sabes si allí está lo que recuerdas o lo que deseas”. Miguel Gómez Losada habla así de cómo la nostalgia y la esperanza se mezclan en el lugar sobre el que él reflexiona, a través de la pintura, en este caso una Escandinavia fantasiosa, “porque la fantasía es lo más personal, intransferible, lo menos académico”. La poesía y la pintura, de nuevo de la mano, en la obra del pintor cordobés.

Esta exposición está en Sevilla, la anterior en Málaga, Romanza, en el CAAC. Córdoba hace meses que no cuenta con ninguna galería privada.

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Hablamos de la infancia, de cómo condicionó todo un hito como fue el viaje que realizó a Rusia su padre, el también pintor Marcial Gómez. Durante el mismo la imaginación del niño volaba y “la infancia, cuanto más intensa, mejor para el arte”, señala. La infancia no como lastre sino como “una suerte”, combinada con una completa formación artística es el motor de este artista al que podemos leer en sus obras hasta el 21 de mayo.

Por cierto, Gómez Losada, acudió a ver La Borriquita en una azotea en Sevilla. ¿Quién sabe si algo de esa semilla podrá dar la cara en un futuro?