28 de abril

Córdoba

Si miro hacia atrás… creo que sería incapaz de recordar lo que convirtió a la democracia y al bienestar de nuestro país en un rin de boxeo social y político.

No sé si fue uno o varios los detonantes, ni cuales de las decenas de derechos robados a la sociedad los que nos hicieron tomar conciencia, de que en este país se lucha más por la demagogia y el populismo que por la valentía que tiene el arremangarse para construir y preservar los derechos de todos a través del respeto y de la equidad.

Miro hacia atrás y recuerdo casi todas las conversaciones que en estos últimos meses he tenido con personas de diferentes ámbitos pero especialmente recuerdo las mantenidas con mi padre y con mi madre; ambos sabios, por edad y por generosidad de la naturaleza.

En una de esas charlas, me decían que la palanca del mundo, en la mayoría de las ocasiones, se ha movido cuando las mujeres han decidido que era hora de cambiar el rumbo.

Compartíamos que se están intentando eliminar derechos inherentes al propio ser humano, y llegado ese momento de la conversación, mi madre se acercó y me dijo al oído, para así captar toda mi atención, que la situación que se está generando en este país, solo se arreglará cuando las mujeres lo decidamos, cuando se tome conciencia colectiva de futuro y cuando la defensa de la tribu sea incuestionable para todas y todos.

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En el reino animal, son las hembras de todas las especies, sean madres o no, las que educan a las crías. Son las que garantizan la enseñanza de las costumbres y las que transmiten qué hacer para subsistir y sobrevivir a los peligros de la naturaleza.

El 28 de abril, es un día para recordar qué clase de tribu somos, qué tenemos, qué futuro necesitamos. Un día para votar por el progreso, por la bandera de la tolerancia y por la bandera de la igualdad universal que envuelve y protege los derechos de los niños, jóvenes, mujeres, trabajadores, extranjeros, refugiados y mayores.

Abuelas, madres, tías, amigas, compañeras, y compañeros de aldeas, pueblos y ciudades, acérquense a los oídos de sus crías. Capten su atención y recuérdenles las costumbres que se deben proteger para sobrevivir ante los peligros de la naturaleza.

¡¡Vayan a votar, hay mucho que proteger¡¡