Aspire seguirá apostando por la Cultural

León

La Cultural se juega mucho, dentro y fuera de los terrenos de juego, en las últimas tres jornadas del campeonato. El ascenso, ahora un sueño lejano, pero no imposible, cambiaría determinadas estrategias económicas, pero no el timón de la entidad que desde hace años controla Aspire Academy. Y seguirá siendo así la próxima campaña al margen del resultado deportivo. La organización catarí mantendrá el control del club, aunque, en función de la categoría en la que milite, está abierta a nuevas alianzas para mantener la pujanza del proyecto.

Fuentes consultadas aseguraron hoy a Radio León que "Aspire no se va, Aspire seguirá apostando por la Cultural", desmintiendo ciertas informaciones, pero "los actuales dueños no descartan compañeros de viaje". De la misma forma se apunta que es inviable sostener el gasto del presente ejercicio en el que el presupuesto rondó los 4 millones de euros. Por ello, y con la pretensión de devolver al equipo al fútbol profesional, Aspire sopesaría abrir nuevas vías de colaboración. Sería después de hacer balance de una campaña de mucho desgaste, también a nivel institucional.

Ha hecho mella en la dirección las críticas y desaires de un sector de la afición hacia el palco presidencial. Felipe Llamazares, Director General, Ignacio Álvarez, Consejero Delegado, y el resto de dirigentes soportaron en algunos partidos la ira de los hinchas debido a los malos resultados. Sin embargo, Aspire mantiene el pulso por sacar a la Cultural del pozo de la Segunda B y volverá a intentarlo si no prospera el presente intento. Sobre el presunto interés de la academia en enrolarse en otro proyecto en la segunda división española, en el que se toparía con limitaciones legislativas, desde la casa blanca se niega la mayor. En todo caso, insisten, "hay focalizar todas las atenciones en los partidos que restan".

En diciembre de 2015, con la presencia en León de sus responsables, Aspire firmó la compra del 99% el paquete accionarial de la Sociedad Anónima abortando su inminente quiebra. En el acto se nombró presidente a Tariq Al Naama y como vicepresidente fue designado Iván Bravo, la piedra angular sobre la que gira los proyectos de la academia. Bajo sus desginios la Cultural creció en solidez, económica, deportiva y social, le condujo al histórico salto al fútbol profesional que se resistía en las últimas cuatro décadas y, tras el descenso, no escatimó esfuerzos para, unido a las ayudas de La Liga,  que el transito fuera corto en el tiempo. Además de Ignacio Álvarez, otras figuras cercanas a la propiedad adquirieron roles preponderantes en la gestión, como José Lasa y Antonio Martín, el ahora presidente de la ACB, miembros del denominado Consejo Asesor.