Servicio público, ante todo

Valencia

Desde el pasado Jueves Santo, la frecuencia de paso en algunos servicios de transporte público se ha modificado los días laborables por el descenso en el número de usuarios. Una medida a priori razonable para ajustar oferta y demanda, que permite cierto ahorro, pero que cuestionan muchos.

Es cierto que los responsables públicos están obligados a garantizar una gestión eficiente. De hecho algunos defienden la lógica empresarial en este tipo de servicios, es decir, que al menos lo que se ingresa cubra lo que cuesta. Pero no es menos cierto que, en lo público, lo de sacar beneficios debería ser los menos importante, lo importante es que el servicio se preste sea de calidad. Hasta el punto que en ocasiones se nos hace elegir entre escatimar o dotar a un servicio de más dinero. Yo me decanto por lo segundo.